𝐏𝐈𝐄𝐋 | ᴸⁱᵗᶜᵏᵒ

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Narra Mauro:

Hace poco venía terminando mi gira por gran parte de Latinoamérica, Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia y hasta llegué a México. Terminaba por dar el último show en Argentina, por la mania que tenia de empezar y terminar en el mismo lugar, en este caso, Buenos Aires.

Mi manager había reservado una habitación en un hotel de la ciudad, mi sorpresa fue el costo del hotel, demasiado excentrico a mi gusto pero se que lo hizo por un regalo para mi cumpleaños que había sido varios días antes.
Normalmente me gustan las cosas más simples, no es que un desayuno de lujo no me guste, pero no le ganaban a mis tostadas quemadas con manteca y un buen café con leche.

Tras un viaje largo bancandome los chillidos de Nadia en el avión por qué a la nena no le gustaba la comida que le trajeron, y los rezongos de Lourdes por no prestar atención cuando me decía las cosas que tenía que hacer ( Una cosa que detestaba de ella era su gusto por el orden y planificación en todo, hasta las cosas que no le incumben ).
Por fin habíamos llegado, habían bajado las cosas rápido y nos habíamos instalado bastante bien.

– Sacala de aca, ¿No que era mi regalo dejarme en paz?- le dije a Lourdes para que no metiera a Nadia en mi cuarto, quien estaba a 5 pasos de pisar mi habitación, lo que menos tenía ganas era tener que dormir con ella.

No puedo creer que tenga que fingir que ella es mi novia, aún si me gustaran las pibas no tendría tan mal gusto como para elegirla a ella.

– ¿Pero donde mierda va a dormir?, Mauro, no seas malo - suspiro y miró su celular, parece que tenía prisa por irse a la mierda.

– Que duerma con vos, que se yo, arreglate - dije con el más mínimo interés de lo que le pasará – Me tenés que consultar antes, para no tener imprevistos - Dije con una mueca de desagrado por la situación.

– No seas hijo de puta tampoco Mauro - dijo mirándome sería y apagando la pantalla del celular – No me la claves a ella aca, quiero dormir

– Vos me querés dejar a esa ciruja conmigo - dije mirando con pesadez a Nadia que estaba en el pasillo arreglando algo – A ver, ni vos te la bancas- bufé tirándome en la comoda cama – Aparte... cuando estamos juntos me quiere cambiar la ropa, el pelo y hasta me quiere poner maquillaje por qué no le gusta mi cara - dije obvio y harto de que pretendiera no saber de los comentarios dolorosos que soltaba Nadia sobre mi físico todo el tiempo.

– Bueno dale viene a dormir conmigo- dio vuelta los ojos, sabía que Nadia era un grano en el orto – No te la paso más, solo por tu cumpleaños...

– Jodete y soña de que vuelva a dormir conmigo - sonreí de oreja a oreja sabiendo que por primera vez en mucho tiempo iba a dormir tranquilo – Chausito~ - sonreí moviendo mi mano de un lado a otro con una sonrisa "inocente" y cerrando la puerta rápido.

Cuando termine de cerrar se escuchó claramente un:

– ¿Y yo no duermo acá? –

De Nadia chillando como pendeja chica

Cerré la puerta rápido y me fui a bañar, el viaje me dejó demaciado cansado y un baño era la mejor opción que habia, más con la tremenda ducha que tenía la suite.

Era demasiado para mi, pero no podía negar que el lugar era hermoso.

Cuando termine de bañarme me vestí rápido y me arregle bien, agarre mi celular y subí una historia, no solo tenía que mantenerme al tanto con la música sino que tambien con las redes, ser famoso no era tan fácil como en algún principio flashee.