AMELIA

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Narradora PDV

La vida no era como en los cuentos de hadas. Después de encontrar al príncipe azul, no acababa el dolor.....

Porque después de dos años de matrimonio, el dolor aún estaba allí, es más, en los últimos meses estaba más presente.

En definitiva la vida no era un cuento de hadas....
O tal vez Ben no era su príncipe azul.

Sólo el tiempo podría decirlo.

Ella no era tonta y sabía que algo no estaba bien.

Ben había cambiado.
Ya no tenía tiempo para ella.
Siempre estaba ocupado trabajando.

Y cuando no lo hacía, estaba encerrado en su oficina trabajando en modelos a escala de aviones.

Su vida de pareja era nula.

Él decia que no tenía sexo con ella por no lastimar al bebé. Podría ser cierto...pero hasta el momento, no había ningún riesgo con su embarazo.

Y por Dios!
Su libido estaba por los cielos..pero como Ben no estaba nunca en casa, siempre tenía que ocuparse sola del problema.

Ella sabía qué estaba pasando: su esposo tenía un amante.

Pero una cosa es sospecharlo y otra muy diferente tener la certeza.

Cuando iba a la casa, las pocas veces que lo hacía últimamente, siempre olía diferente, estaba distante, ya no la besaba como antes. Por un momento llegó a pensar que el problema era ella, que quizá por estar embarazada había dejado de ser atractiva para su esposo. Así que trató de compensarlo, se compraba ropa bonita, le hacía comidas especiales e incluso, se hizo un cambio de look, a lo que Ben sólo reacción al preguntarle cuánto dinero había gastado.

Él nunca había sido así, siempre había sido especial, atento a los pequeños detalles y además, no le podía quitar las manos de encima. Siempre la deseaba.
*
*
*
La otra situación era en lo referente a su bebé, ella sabía que Ben era muy despistado y que si de aviones se trataba, podian pasar horas y él no iba a notarlo.

Por eso, la vez que llegó tarde a la cita de control, aunque se hizo la enojada, la imagen de él  llegando en overol y todo afanado la hizo reírse muchísimas veces a solas en casa.
Además de alegrarle el corazón, porque con ese gesto, Ben le había  mostrado lo importante que eran el bebé y ella para él.

Pero todo cambió al rededor del quinto mes de embarazo. Ben no llegó a la cita en la que descubrió que tendrían un baby boy. 

Desde que se había dado cuenta de su embarazo, ella había buscado nombres para su futura hija o futuro hijo. Quería que significara algo, que reflejara el amor tan grande que Ben y ella se tenían.

Así que el día que supo que iba a tener un niño, supo que lo llamaría B E A M, una mezcla de él y de ella, lo mismo que su bebé.

Ya se había imaginado la cara que su esposo (que siempre llegaba tarde) podría al ver a su bebé en la pantalla, y lo feliz que estaría cuando ella le mencionara el nombre que había escogido, incluso, había preparado algo lindo con la ayuda de su doctor.

Lastimosamente, él nunca llegó.

Para ella el rechazo y la falta de afecto eran cosas que no podía soportar, habiendo tenido una relación tormentosa con su madre y una nula con su padre hicieron que escondiera sus sentimientos y necesidades reales tras una máscara en la que no le importaba nada, su ser sensible ante los ojos de los demás, era prácticamente inexistente.

Después de conocer a su hermano, a su mejor amiga y a Ben, todo cambió, su lado sensible y dulce, salió a la luz. 

Pero cada error que su esposo cometía, hacía
que ella se fuera retirando lentamente de su ser abierto, amoroso y confiado, y la máscara fuera apareciendo poco a poco, por eso la reacción "despreocupada" que tuvo cuando Ben llegó a casa esa noche.

Cambio de CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora