La mayoría de las veces no se a quién le escribo realmente. Encuentro palabras garabateadas en algún cuaderno y no recuerdo qué rostro se escurría entre mis pensamientos mientras volcaba todo en el papel.
Creo que comencé a hacerlo desde la primera vez que me gustó alguien, y desde entonces nunca pude parar. Es mi forma de sacarme las ideas de la cabeza y plasmarlas en algún sitio.
Letras de amor y desamor: mi habitación está llena de ellas. Si alguien leyera todo, creería que he vivido cientos de historias de amor. Todas diferentes, pero todas igual de intensas.
¿Qué tanto habrá de cierto en ello? ¿Cuántas veces he sentido el corazón lleno y contento, cuántas he llorado en mi cama pensando en todo lo que pudo haber sido?
ESTÁS LEYENDO
what's in my head
Historia Cortaya no es como antes: no puedo crear personajes, solo escribir algunas cosas que rondan en mi mente
