Capítulo #3

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《Mis ojos y el tatuaje están, están... ¿¡dorados!? Eso es imposible.》Ese fue mi último pensamiento antes de caer sumergida en la oscuridad. Al cabo de lo que pudo ser minutos u horas siento la necesidad de abrir los párpados.

Siento un dolor punzante en la cabeza, al abrir los ojos veo que estoy nuevamente en la cama y que es de día por la luz que entra por las ventanas de la habitación. Anna se encuentra en el cuarto pero aún no nota que me he despertado, siento vergüenza de que nuevamente hallan tenido que encontrarme inconciente y está vez en el baño de su casa, eso me hace sentir tan débil y más saber que me estoy volviendo loca por estar imaginando lo que me provocó el desmayo. Discretamente me fijo en lo que está haciendo, que raro; está cogiendo el cepillo de pelo que utilicé anoche e introduciendo mis pelos en una bolsita de plástico. ¿Para qué hará eso? En eso entra John y me ve despierta.

-Buenos días Cristal- dice haciéndole un gesto que no entiendo a su esposa, a lo que Anna responde escondiendo la bolsita tratando que no logre verla, lo que ella no se imagina que la estoy viendo hace ya un rato.

- Hola, disculpen que me halla vuelto a encontrar desmayada, gracias por traerme a la cama.... ¿por qué me miran así?- la cara que ponen ante mi comentario es como si no supieran de que les hablo. Sé que debo agradecerles que me han salvado la vida, pero no dejo de sentir que me ocultan cosas, pienso que debe ser por mi estado de salud, mejor esperar a ver el pueblo y así averiguar de todo lo que me rodea para encontrar una pista de mi pasado.

John se rasca la cabeza como interpretación de su nerviosismo - Cuando entramos al cuarto estabas dormida en la cama, y no quisimos despertarte- me dijo.

Si ellos no me trajeron, ¿cómo llegué a la cama después de perder la conciencia? Ay Dios mío por qué no encuentro las respuestas de mis preguntas. Cada vez me pasan cosas más raras.

- Seguro fue un sueño y por eso tienes la impresión de que alguien te trajo a la cama o que incluso fuiestes al baño- dijo Anna no muy convencida de sus palabras.

- Seguro fue eso, ¿a qué hora iremos a ver el doctor?

-Dentro de una hora, te dejaremos sola para que te arregles, esa ropa que tienes en la cómoda es para ti- respondió John.

Al levantarme aún sintiendo un poco de dolor voy directo a la cómoda, sin darme cuenta los dos me han dejado sola. Sé que dependo de ellos y que los nesecito pero hay una inquietud que no me deja tranquila.

La ropa es sencilla y de un negro muy oscuro, diría que la escogieron a mi gusto. Tomo la ropa y me dirijo al baño, al entrar en él inconscientemente llevo mi mano al cuello, al lugar donde vi aquel tatuaje extraño, como si sintiera que una fuerza me llamara voy directo al espejo, me siento nerviosa a lo que pueda ver cuando habra mis ojos, pero no debo tener miedo, nadie puede temermerle a su propia imagen. Respiro y los abro...

- Sigues ahí, aunque ya no brillas, ¿por qué sólo yo te veo? - Que estupidez hablarle a un tatuaje que hasta ahora sólo yo puedo ver. No puedo negar que me atrae mucho el dibujo, ¿que significará? Lo raro es que hoy como la primera vez que lo vi no brilla, tal vez aquello si fue producto de mi alocada imaginación. Mejor me apuro que cuanto antes termine más rápido conoceré el pueblo. Que rica está el agua de la tina, por ahora será un baño rápido. Me visto y compruebo como me queda la ropa y la verdad es que me veo bien. Ya no me da miedo ver mi tatuaje, de echo me encanta, espero que hoy sea un día productivo.

Después de darme un último vistazo salgo del cuarto y trato de encontrar la sala. Es la primera vez que presto un poco más de atención a la casa, es grande y bonita, por lo que veo me encuentro en un segundo piso. No sé cómo hará Anna para tener siempre limpia la casa. Cuando voy a fisgonear un poco John me llama.

El Secreto De La BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora