DANIEL

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Viernes. Cita. Dios.

Son mis primeros pensamientos cuando oigo el sonido de la alarma retumbar en mis oídos. Aún no puedo creer que vaya a salir con Jordan. ¡Con Jordan! Es como si de repente todas mis absurdas expectativas sobre el instituto, las cuales se limitaban a ir, sentarme en clase durante horas, y consolar mi triste y miserable vida con los pequeños recreos con mis amigos: se cayeran ante mis ojos. ¡A la mierda con mi promesa de no tener novio hasta la universidad! Hablamos de Jordan. NO puedo dejar la oportunidad pasar, a pesar de que llevo dos semanas evitándole.

Con una pereza enorme, me levanto de la cama para irme a darme una buena ducha y despejar mis ideas. Tengo que relajarme si no pretendo espantarle con mi absurda obsesión con él.

Cuando bajo a desayunar no hay nadie. Como siempre. La verdad es que ya no es una sorpresa no encontrarme a nadie por las mañanas. ¡Ah!, ni por las tardes. Prácticamente vivo sola en este antro de apartamento del que parezco ser la única que tiene interés por limpiar.

Encuentro la habitual nota de mi hermano, aunque me doy cuenta de que es la que dejó hace tres días. Por tanto no hay noticias nuevas. Gracias de nuevo, Luke.

Aunque tampoco puedo quejarme. Mi madre ni siquiera deja una nota cuando desaparece durante semanas. Ya van dos desde la última vez que la vi. Aunque creo haberla oido en su habitación hace dos noches, ni siquiera me atreví a salir. De todos modos, seguro que iba borracha y la cosa no habría acabado bien.

El motor de una moto, me saca de mis cabilaciones e imediatamente sonrió. Rápidamente, agarró mi bolso y salgo a su encuentro.

--Buenas días, preciosa- me saluda James con su hermosa sonrisa rompecorazones.

--No sabía que hoy pasarías a buscarme. Ya me había hecho a la idea del interminable paseo que tenía que darme hasta el instituto- le contestó risueña.

--No iba a hacerlo. Pero me he levantado con ganas de verte. Así que me he dicho, ¿por qué no pasar a por mi chica favorita?- me dice tras guiñarme un ojo.

--¿Quieres decir la favorita número 50, no?- le contesto a lo que el suelta una estruendosa carcajda.

Sin decir nada más nos encaminamos al instituto. Así es mi relación con James. De pocas palabras y muchas bromas. Pero el es todo lo que tengo realmente. El ha sido mi hermano, mi familia. Me abrazo fuertemente a su bien definido torax mientras me inundan los recuerdos de como nos conocimos.

Flashback...

--De verdad que no creo que esto sea una buena idea, chicas- nos dice Inés con la voz queda, mientras todas observamos el lugar asombradas y un poco aterrorizadas.

Y es que no es para menos. Laila y yo habíamos oído que había una carrera de motos en la ciudad y, aunque nos costó convencer a Inés, aquí estabamos. Y la vista era... emocionante. Había gente bebiendo y fumando, por todos lados. Y un montón de chicos enormes, presumiendo de los motores de sus motos delante de las chicas.

Nos acercamos a las gradas, cuando un grupo de chicos se nos acerca. El del medio es definitivamente el más guapo, y por supuesto el más aterrador. Lo cual le da un toque muy sexy. LLeva unos pitillo negros con una camiesta básica blanca que remarca perfectamente su buen trabajado pecho y sus musculosos brazos. Tiene el cabello castaño claro y desordenado, unos enormes ojos negros y una nariza tersa. Y de sus carnosos labios, le cuelga un cigarrillo.

--¿Se os ha perdido algo, princesas?- dice el chico del medio tras lo cual me echa todo el humo de su boca en la cara.

--A nosotras nada, pero a ti parece que se te ha perdido la educación. Así que apartate antes de que tengamos un problema, ¿quieres?

LET ME GODonde viven las historias. Descúbrelo ahora