taetae se tiró al suelo para comenzar con sus berrinches porque sabía que eso convencía a su mayor para que lo llevará a donde él quisiera. cómo estaba sucediendo ahora que se encontraban en el parque de atracciones, usando las vinchitas de sapo y taetae brincaba de un lado a otro de la emoción, y jeongguk solo quería que nadie le preste atención pero eso era lo que justo estaba recibiendo, millones de miradas dirigidas para ellos por un lado algunos sonreían y murmuraban cositas lindas y por el otro lado solo se reían o los miraban mal ya que taetae le estaba dando piquitos.
a jeongguk le gustaban los besitos de tae estando solos, no qué otros lo miren.
—papi ggukie, ¿me compras un algodón de azúcar?
taetae estaba sentado en una banca cerca del puesto de algodón de azúcar con su mochilita mientras mecía sus pies porque al ser tan bajito no tocaba el suelo y observaba a su papi. él amaba y estaba muy enamorado de jeongguk, locamente enamorado de su mayor.
jeongguk se sentó al lado de él —toma bebé, aquí tienes tu algodón de azúcar.
taetae se devoraba el algodón de azúcar, mientras jeongguk sacaba de la mochila una toallita húmeda porque sabía que luego iba a tener todas las manitos llenas de dulce.
no es que taetae sea pequeño o su hijo, pero él amaba cuando de los labios de su amado salía la palabra "papi" amaba tener que limpiarlo cuando se ensuciaba, usar colonias para bebés, a taetae eso no le molestaba en absoluto porque siempre fueron así y seguirían siéndolo.
el menor tenía sus manitos con dulce y jeongguk no lo limpió, sus ojitos se aguaron porque su papi no le prestaba atención, era como si tuviera la mirada perdida en algún punto fijo. taetae sollozó más fuerte llamando la atención de varias personas, jeongguk escuchaba unos sollozos y se giró para mirar a su pareja. afirmativo; su pequeño novio producía esos llamativos llantos.
—cariño—acuno la carita de taetae mientras limpiaba las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas—¿por qué estás llorando amor? ¿tienes las manitos sucias?
el de cabello rosita asintió, y le mostró las manitos para que las limpié. —ggukie, ¿tú me amas mucho mucho?
jeongguk terminó de limpiarle las manos y lo miró sonriendole. —por supuesto cariño, te amo mucho mucho y más de lo que tú te podrías llegar a imaginar.— besó las manos pálidas de su pequeño novio
—¿quieres que subamos a algún juego antes de irnos?
taetae asintió frenéticamente y señaló hacia donde estaba el famoso juego que quería subir, la rueda de la fortuna.
—pero ggukie, tengo miedo cuando miro hacía abajo desde un lugar elevado.
—entonces amor mírame a mi, solo a mi.
una vez que su turno llegó ambos subieron y el mayor bajó la barra de seguridad apretándolo bien fuerte y le agarró la manito al de cabello rosita porque sabía que su novio estaría muy asustado. cuando subieron más personas, automáticamente la rueda comenzó a moverse, el menor le apretaba la mano a jeongguk y él le daba caricias a su manito brindándole calma, y susurrándole palabras lindas.
transcurrieron los minutos, la rueda de la fortuna fue tomando una velocidad más lenta indicando que pronto bajarían, por lo que taetae agarra la carita de su mayor dándole unas suaves caricias con sus dos pulgares haciendo que jeongguk cierre despacito sus ojos y fue dejando unos besitos de ángel en el párpado.
