Epílogo

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No hay nadie en casa, esa es mi señal.

Volverán dentro de tres horas, para ese momento yo ya no voy a respirar.

Decidí hacerlo hoy, tres días antes de mi cumpleaños número dieciséis.

Supongo que van a tener que pagar por la lapida del cementerio.

No es mucho gasto a decir verdad.

Ya no me interesa.

Lleno mi boca de pastillas y me las trago.

Chau mundo de mierda, chau estúpida familia y chau vida.

Este es el final porqué nadie vendrá a ayudarme y eso es lo que queria.

Chau....

M.

El diario de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora