everything 'n nothing (yoonkook, kookgi)

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Era la salida de una generación más de la preparatoria, todos estaban emocionados con diferentes motivos; algunos porque pasarían un grado más, pensando en que ya sería uno año menos, otros porque por fin saldrían de ahí para comenzar a estudiar lo que sea que les apasione en la universidad que previamente han elegido.

Entre esos últimos se encuentra Jeongguk, que es uno de los mejores de su generación, y qué, ¿ya pensaron que por ser todo un aplicado sería el típico vato feo que nadie nota? Pues no, era la atención de todos, la mayoría de veces y no sólo por su inteligencia, sino por su belleza. A pesar de ser una escuela en donde asiste pura gente de "la alta" (y con obvias razones, la mayoría eran apuestos), Jungkook era distinto, los pasaba a traer. Nunca habían visto facciones tan finas, todo de él parecía casi perfecto a ojos ajenos.

Y lo que más emocionaba a la gente era que no sólo las chicas podían tener oportunidad con él, también los chicos. Sin embargo, se debían quedar todos al margen de él debido que ya había alguien ocupado el lugar de su pareja, y esa no quería que nadie se le cruzase.

Sí, se trata de Lisa, Lisa Manoban. La chica de buena postura social, y económica. Aunque, bueno, eso no la salvaba de que la tacharan de una mierdas, pues siempre tenía que andar soltando comentarios clasistas cada que podía; no soportaba que alguien "inferior" tuviese el "descaro" incluso de dirigirle la mirada.

— amore mio.—Plantó un beso en los delgados cerezos del pelinegro mientras envolvía sus brazos con uno del mismo, pegándolo a su cuerpo.— ¿Tardarás mucho en llegar al salón saliendo de aquí? Es que sabes, estoy emocionada porque por fin mis padres te conocerán.

— No le veo lo genial, desde lejos he podido notar que no me tragan.—Anteriomente caminaban pero paró y se soltó de ella, facilitándose poder abrir su locker, guardando unos libros.

— Pero es por lo mismo, aún no te han conocido bien.—De una y sin avisar le cerró el casillero, haciendo que le prestara bien atención, porque sí, Lisa no soportaba que apartara apenas la mirada de ella.— Verán que eres el hombre perfecto, tan inteligente, tan guapo, tan todo...—Le abrazaba ahora por el cuello, poniéndose un poco de puntillas, así conseguir que las puntas de sus narices se rozaran. Duró poco pues sonó el timbre, ya era hora de que todos fueran a casa para alistarse. La fémina se quitó de él, no sin antes de darle otro beso e irse casi corriendo, diciendo.— ¡Te veré allá! Estoy ansiosa por también conocer a tus padres.

— Ah, sí. Mis padres...—Soltó en voz baja, desanimado o más bien, algo preocupado. ¿Qué era aquello referente a sus padres que lo ponía así? Suspiró y poniéndose la capucha de su sudadera, emprendió camino a la salida de la escuela, queriendo llegar lo más pronto a su casa. Quería que su traje, su apariencia y en fin, todo, quedaran más que impecables.

No quería que se le notara aquello que tanto, desgraciadamente, le avergonzaba.