everything 'n nothing (yoonkook, kookgi)

d

— ¡Hijo de perra!—La fémina se abalanzó hacia su pareja, lo golpeó en la cara, dejándole sólo rasguños, golpeaba su pecho, todo, todo lo que pudiese para sacar lo mucho que le había afectado enterarse de todo eso, y ya ni siquiera le importaba tanto si su novio era pobre o no, si vivía ahí, nada de eso importaba, sólo quería saber porqué le había mentido incluso antes de ser novios.— Eres un mentiroso, un imbécil, por qué,  porqué... ¡Dime por qué!—Si no siguió gritando fue porque su novio tuvo la gran idea de taparle la boca con todas sus fuerzas, ella se oponía aunque no tardó mucho en volver a llorar y al verla así, el pelinegro la soltó.

— ¿Pues qué querías que hiciera? ¿Sentirme orgulloso de esto? Claro que no, Li.—Se calmó, abrazó a su novia, y dejó un beso sobre su frente.— Yo quería que me vieras como alguien perfecto, alguien digno de ti, quería que todo mundo me apreciara en todos los sentidos... Yo, no lo sé.

— ¿Acaso eres idiota?—Dejó de llorar de nuevo, y secándose las lágrimas se apartó un poco de él.— ¿Acaso no te demostré estos años lo mucho que te amo? Kook, sigo aquí, a pesar de enterarme, sigo aquí y todo porque me tienes más que enamorada, por ti, sólo por ti, soportaría esto... Me da igual, cuando lo único que deseo es estar siempre contigo. Para siempre.—Le tomó de la cara, confesándole todo lo anterior mirándolo a los ojos, y su chico, su chico no sabía qué decir pero se sentía mejor al escuchar eso. Lisa podía llegar a ser un amor cuando se lo proponía.— ¡Amor! Tengo una idea... Si quieres, vámonos a vivir juntos y olvidemos todo esto, por favor...

¿Qué? Él no quería sólo vivir juntos, él quería casarse.

— Nos casamos o nada.—Lisa se desconcertó, ¿cuál era la diferencia aparte de un mierdero papel y unos anillos?

— ¿Y por qué afecta tanto que no nos casemos?—Lista para otra discusión, se cruzó de brazos y lo miró desafiante; por dentro se seguía preguntando qué quería ese tipo que adoraba tanto.

— Lisa, no seas idiota. No quiero que en tu familia me vean sólo como el novio de su hija, un novio no tiene tanto valor, en cambio un esposo, sí...—He ahí, comenzando a fantasear.— Casándome contigo tengo un lugar asegurado en tu familia, tendré todo lo que ante...—No terminó la oración, ya que una Lisa sin expresión en el rostro, le dio su merecido, una buena cachetada en todo su pómulo derecho, dejándolo con ardor y un intenso color rojo.

— ¿Así que sólo eso te importa? Tu puta posición, aprovecharte de mí...—Bajó la mirada y parecía que ya no iba a hacer más, se iba a retirar y todo acabaría ahí, cuando de la nada, volvió a alocarse y a golpearlo hasta el cansancio.— ¡Te odio! ¡Por eso me caga la gente como tú, son unos aprovechados! Muertos de hambre...

— Para ser de la alta, no eres muy educada ni delicada que digamos.—Una voz femenina había entrado sin pedírselo a la discusión, y viendo que la otra no le hizo caso y su vecino, Jeongguk de milagro no le había devuelto aunque sea un golpe, decidió hacerlo ella. Tomó a la teñida por un brazo, haciendo que por un momento la mirara sólo para darle un puñetazo en la cara, en la mera nariz, siendo exactos. No fue tan fuerte como para rompérsela pero sí fue eficiente, la había calmado.

— ¿Y tú quién eres, jodida?—Atacó verbalmente, y se seguía sobando la nariz; a lo mejor ya no le daban muchas ganas de golpear a su ya ex (es evidente, ya ni es necesario que se lo digan).

— Sólo lárgate, puta loca.—Habló el susodicho, mirándola con gran molestia, sintiéndose adolorido; más arañazos le había dejado en la cara.

— Bien...—Volvió a ser la misma culera de todos los días y empujó a esos dos estorbos, así se abrió paso a bajar las escaleras y por fin irse.

Te dije e hice tanto hoy... Pero cómo le haré en los demás días, cómo te sacaré tan rápido de mí, mi vida.

— Gracias, Tzuyu.—Habló avergonzado, y la mencionada no dijo nada, tenía la cara más dura que la otra; quizás eso quería aparentar, seguro sí se moría de la pena volver a hablar con él porque ellos no fueron sólo vecinos... También novios.

— Sólo fue casualidad de que estaba aquí, no es para tanto...

No se dijeron más, se evadieron como de costumbre suelen hacer cuando se topan. El de lindos labios caminó hacia la casa de su madrina y sin mirar hacia atrás, se metió.

Mientras, Tzuyu...

Sé que todavía me quieres como yo a ti.

No, no nos queremos.

Nos amamos.