Sobre la mudanza y el plan de un niño

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🌸Capítulo uno: sobre la mudanza y el plan de un niño🌸


El sonido de los pasos crujiendo las hojas resonaba en el silencio del cementerio mientras el padre y su hijo pequeño avanzaban entre las lápidas. Sabían exactamente dónde debían ir. Dos veces al mes, el primer y último domingo, visitaban a la esposa y madre que ambos habían perdido durante el parto cinco años atrás. Con reverencia, se acercaron a la tumba y saludaron al espíritu que yacía allí. Era una rutina agridulce, una forma de mantener su recuerdo de la dulce mujer vivo. Al menos para Yugyeom, pues su hijo nunca tuvo el privilegio de conocer a su madre. Él pensó que si le contaba sobre ella y lo llevaba con frecuencia al cementerio el pequeño podría crear una conexión con ella. Pero esta vez era diferente. Pronto se mudarían del lugar y tendrían que despedirse de ella, quizás por mucho tiempo. La tristeza se apoderaba de ellos mientras se preparaban para su última visita.

Yugyeom se sentó en el suelo mientras ayudaba al pequeño Soohyun -nombrado así en honor a su madre que llevó el mismo nombre en vida- a preparar las flores que compraron minutos antes para su madre.

—¿Recuerdas lo que te conté hace unos días? —Preguntó Yugyeom a su hijo. — Te conté que pronto nos mudaríamos a otro lugar y no podremos seguir visitando a mamá con frecuencia.

El niño asintió. —Tendrás un nuevo trabajo y por eso tendremos que mudarnos pronto.

—Así es, Soohyun.

Soohyun fue colocando las flores en el jarrón con agua con ayuda de su papá. Al terminar lo colocaron frente a la lápida y Yugyeom intentó no llorar cuando su hijo besó la fría piedra como despedida.

El día que perdió a su esposa, sin exageración alguna, el peor día de su vida. Los años pasaban y el dolor permanecía intacto. Había aprendido a vivir sin ella, pero no se acostumbraba a su ausencia.

Estuvo sumido en una inmensa depresión los primeros meses, se rehusaba a salir de la cama y comía solamente cuando su madre lo obligaba. No fue hasta que se enteró que su hijo estaba comenzando a balbucear palabras cuando tomó las fuerzas para salir adelante por el bien de su hijo y respeto a la memoria de su esposa.

Yugyeom nunca sintió resentimiento a su hijo por la muerte, sabía que no fue su culpa. Quería demostrarle a su hijo cuanto lo amaba y cuan feliz estaba de su presencia en su vida.

—Papá.... —Llamó el niño la atención del hombre durante el camino a casa. — ¿Vas a tener otra esposa?

Yugyeom quedó sorprendido por la pregunta del menor. Lo miró por el espejo retrovisor sintiéndose confundido. —¿Por qué me preguntas eso?

Soohyun era tan solo un niño de diez años. No pensó que debería tener una conversación así con él a tan temprana edad. —El papá de mi amigo murió y su mamá se casó con un nuevo hombre... ¿Tú harás lo mismo?

—No. —Respondió con firmeza. —Somos solo tú y yo, Soohyun.

Había pasado ya una década desde que Kim Yugyeom perdió a su amada esposa Soohyun durante el parto de su único hijo. Durante esos diez años, Yugyeom había hecho todo lo posible por ser un buen padre, trabajando duro como ingeniero en una gran empresa de construcción en Seúl, a fin de poder ofrecer lo mejor a su hijo.

En la vida de Yugyeom solo había lugar para dos cosas: su hijo y su trabajo. Eran los únicos pilares de su vida, si le quitaban uno, no sabría que hacer con su vida. Después de la muerte de su amada esposa se había alejado de todo lo demás, incluso su propia familia, en principio por la depresión que experimentó los primeros meses, pero volvió a retomar el contacto con ellos hasta que comenzaron con las incesantes preguntas sobre la posibilidad de un nuevo matrimonio.

Flores de cerezo y amor ; Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora