Sobre aceptar al amor y curar las heridas

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🌸Capítulo cinco: sobre aceptar al amor y curar las heridas 🌸

Tres días después del incidente Yugyeom se apareció en la casa de KyungRi con un ramo de flores gigantes, las manos temblorosas y las mejillas rosadas.

KyungRi lo miró sorprendida. Después de tres días sin contacto pensó que había desistido a ella de manera implícita.

—Yo... —Yugyeom estaba tan nervioso que no encontraba que decir. O más bien, no sabía como expresar sus palabras.— Yo estoy enamorado de ti, KyungRi.

En principio ella no dijo nada. Tampoco tomó las rosas que Yugyeom le extendía. Ella miró al interior de su casa y él pensó que cerraría la puerta en su cara, pero en cambio salió antes de hacerlo. Entendió que no quería que Daesung los viera.

—¿Y qué? —Preguntó KyungRi. Yugyeom le miró confundido.— Estás enamorado de mí ¿Pero qué harás? ¿Cuál es tu plan?

Yugyeom apretó el ramo de rosas contra su pecho. —Quiero invitarte a salir. Quiero intentar las cosas entre nosotros —Agitó su cabeza— No, quiero hacer que las cosas funcionen entre nosotros. Quiero ser tu novio.

Las mejillas de la mujer se tiñeron de un rosa suave. Yugyeom volvió a extender hacia ella las rosas, cuales tomó con delicadeza y aspiró su olor.

—Quiero invitarte a una cita ¿Te parece si paso por ti el sábado en la noche? —Propuso Yugyeom.

Ella fingió pensar, pero en su interior había aceptado desde que le abrió la puerta. —Está bien ¿A dónde iremos?

—Permíteme sorprenderte.

La noche del sábado tardó más de lo que Yugyeom predijo. Los días y las noches se le hacían eterno: quería estar con KyungRi. La veía todos los días cuando buscaba a Soohyun a la escuela, pero no intercambiaban más que un par de palabras para guardar las apariencias en el lugar de trabajo de KyungRi.

Estaba nervioso, siendo sincero no recordaba la última vez que tuvo una cita. Aunque tenía treinta y cinco años, se sentía como un adolescente de nuevo ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Estaba bien si la besaba? ¿Sobre qué conversarían? Su mente de ingeniero lo mantuvo investigando por horas para saber cómo debía comportarse para impresionar a la mujer.

Soohyun se enteró de la cita en sábado en la mañana cuando le dijo al niño que iba a pasar unas horas con la madre de KyungRi porque tenían algo que hacer. No le dijo qué, pero su hijo fue lo suficientemente inteligente para deducirlo por su cuenta y ahora no dejaba de parlotear de lo feliz y emocionado que estaba.

Yugyeom se apareció a la hora acordada en casa de KyungRi. Soohyun tocó el timbre y cuando su profesora abrió la puerta, le extendió el ramo de flores de cerezo que preparó con su padre recogiendo flores del parque.

—¡Para usted! —Exclamó el menor sonriente. Soohyun no iría con ellos, pero se quedaría en casa de KyungRi con Daesung y la abuela de éste.

KyungRi aceptó las flores agradeciendo con una sonrisa. —¿Quieren entrar? Debo poner las flores en agua.

Los Kim entraron a la casa. Soohyun corrió a saludar a su amigo y Yugyeom permaneció tranquilo en la entrada, observando a KyungRi desde lejos pensando lo hermosa que se veía con su vestido rosa con flores azules y su pelo suelto. Miraba como colocaba las nuevas flores junto a las anteriores que aún no se echaban a perder cuando fue interrumpido por una señora.

—¿Tú eres Yugyeom?

Asintió con un gesto. Asumía que se trataba de la madre de KyungRi porque tenía el mismo rostro, solamente las diferenciaba la edad. —Así es señora Song. Soy Kim Yugyeom, un placer. —Saludó con una reverencia de respeto.

Flores de cerezo y amor ; Kim YugyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora