Al ver que Lali se encontraba en la pista de baile, Peter decidió invitar a bailar a una de las vendedoras, así estaría más cerca de ella y con algo de suerte podría sugerir un intercambio de parejas.
No soportaba verla al lado de él, allí estaban con esa particular familiaridad, ella no dejaba de sonreír y de mover las caderas al son de Lo Digo de Carlos Rivera ft Gente de Zona, lo hacía de una manera tan sensual que su acompañante no dejaba de mirarla. Deseaba con todas sus fuerzas ir hasta donde se encontraban y golpear a Santiago, ella era suya, él era quien debía estar allí bailando con ella, él debía ser el que motivara esa sonrisa, pero gracias a la aparición de Antonia todo se había arruinado. Nunca imagino que sus romances fugaces terminarían pasándole factura.
Por un momento había contemplado la idea de preguntarle a Edgar Monsanto y ver qué información le podía dar sobre su contrincante, al parecer él lo conocía, tanto que lo había considerado un empleado potencial para la Corporación, pero descarto la idea de inmediato, no quería quedar en evidencia delante de su jefe, sabía que Lali era alguien especial para él y seguramente comenzaría a hacer preguntas sobre lo que ocurría entre ambos y no era ni el momento ni el lugar para tener esa conversación.
Pasadas un par de canciones, agradeció a la vendedora el haberlo acompañado, no tenía sentido seguir bailando, Lali no había notado su presencia.
Se encontraba en la barra tomándose un trago cuando sintió que alguien tiro de su brazo. Al girarse se encontró con Antonia.
— Peter, cariño ¿Por qué no me invitas a bailar?
— No estoy de ánimos. — respondió tajante
Se acercó un poco más a él y le rodeo los hombros con sus brazos.
— No seas aburrido.
— Antonia por favor comportante, el jefe nos puede ver.
— ¿Tienes miedo?
— No es miedo, es solo que no está bien lo que hacemos.
Lali que se encontraba sentada en una de las mesas ocupada por compañeros de trabajo, observaba aquella escena. No podía creer lo descarado que podía ser Peter. Estaba allí con Antonia colgada a su cuello, para ese momento todos los presentes se habían dado cuenta de que algo ocurría entre ellos, dio gracias porque nadie se dio cuenta del desliz que había tenido con él, de lo contrario sería el hazme reír de toda la empresa.
El recordar que unas horas antes él le había hecho una escena de celos cuando la vio charlando con Santiago en los pasillos de la Expo-Negocios, la hizo enfurecer. Definitivamente no podía confiar en él, a pesar de haberle pedido disculpas y explicarle que lo ocurrido no era más que un malentendido, la imagen que tenía en frente lo contradecía por completo.
— Hey guapa, ¿Te pasa algo? — musitó Santiago mientras le acariciaba la mejilla.
La voz de Santiago la saco de sus pensamientos.
— No es nada, es solo que estoy cansada, ha sido un día muy largo para mí.
— ¿Quieres que te lleve a tu casa?
— No es necesario, he traído mi auto. ¡Gracias!
— No tienes nada que agradecer, sabes que siempre estaré allí para ti.
Santiago le dedico una sonrisa amorosa, y de pronto Lali sintió un pinchazo en su pecho, sabía lo que venía luego de que él le dedicara ese tipo de sonrisas, y lo que menos necesitaba en ese momento era que su amigo malinterpretara las cosas.
Afortunadamente para ella, uno de sus compañeros se acercó para despedirse e interrumpió la conversación, momento que ella aprovecho para indicarle a Santiago que era hora de que ellos también se retirasen.
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El Viudo Joven (Laliter)
RomanceJuan Pedro (Peter) Lanzani es un hombre apasionado, enamorado de la vida y de su familia. Sin embargo todo cambio, cuando la vida le arrebato a la mujer que amaba, dejándolo solo con su hijo de cuatro meses. Desde ese entonces, el joven viudo se...