Hay un pez en mi pecera, nuestra pecera, que me recuerda a ti.
Moviendo su cuerpo armoniosamente, aleteando contra el agua para poder avanzar, mirando hacia el vacío de lo que era nuestra cocina.
Me recuerda a ti.
Danzando con sus aletas sin poder apreciar su propia belleza, dejándose llevar por sus profundas penas. Muriendo un poco más cada día, encerrado junto a mí.
Veo cómo se revuelca en su agonía de no poder vivir, se parece a ti.
Sólo que tú ya no estás aquí.
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Las palabras que nunca me atreví a escuchar .
PoetryPorque no solamente se pueden escuchar los vasos romperse.