—Majestad, el príncipe Kim está aquí —anunció una dama de la corte desde afuera.—Déjalo entrar —ordenó Gran reina viuda y dejó su taza de té en la mesita que tenía justo enfrente.
Dan Heung entró al momento e hizo una reverecia hasta el suelo.
—¿Está teniendo una buena tarde, majestad?
La mujer no lo miró y bebió otro sorbo de té.
—Toma asiento, niño.
Dan Heung frunció los labios al sentir que ignoraba su saludo. Se puso de pie y luego se sentó en un cojín cuadrado amarillo que estaba colocado en el suelo de madera, frente a la mesa de la reina.
La mujer por fin se dignó a mirarlo. Lo observó con cuidado y en silencio por un tiempo por lo que ese momento se volvió muy incómodo para él.
—No lo había notado antes —dijo ella después de tanto—, tienes un rostro magnífico.
El joven forzó una sonrisa ante este extraño cumplido y optó por mantener la boca cerrada.
Con ese rostro pequeño de barbilla ovalada Kim Dan Heung tenía la capacidad de llamar la atención donde quiera que fuera. Medía más de un metro ochenta. Tenía la piel terza y clara, con un toque de color en las mejillas. Sus labios que tenían la cantidad justa de plenitud, sus cejas espesas y bien formadas, sus pestañas largas y su nariz respingada eran suficientes para hacer que cualquiera sintiera envidia. Y no olvidemos esos ojos grandes, oscuros e profundos que parecían contener mil historias no contadas. Pero no eran sólo sus atributos físicos los que lo hacían destacar; era la forma en que se comportaba, con un aire de confianza y gracia.
Sin embargo, a pesar de su apariencia impecable, Dan Heung se había sentido invisible la mayor parte de su vida, como si sus logros y personalidad no fueran suficientes para destacar en ese mundo.
La reina, que notó la incomodidad en el rostro de Dan Heung, decidió abordar otro tema.
—Te mandé llamar para decirte que resultado de la primera fase me impresionó muchísimo. Quería felicitarte antes pero estaba esperando para ver cómo se desarrolla la relación entre ustedes cinco después de tu victoria. Y, para mí sorpresa, toda ha marchado bien. No parece haber resentimiento evidente, al menos ningún lo demuestra a plenitud. La fase dos a seguido sin ningún inconveniente gracias a eso —ella hizo una pausa—. No esperaba eso de ti. Ganaste sin perder la vida de uno solo de tus hombres y hasta salvaste la vida de otros más. Eres un buen líder.
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TRONO DE NOBLES©
Ficción históricaNobles. Hombres y mujeres de la alta aristocracia. Entre ellos, vive él, un joven amo que ha vivido recluido en su casa por años. Respirando el mismo aire, se encuentra ella, una joven dama que ha conseguido vivir a pesar de su mala salud. ...