Tsuna recuerda que cuando era pequeño no tenía especial interés por el dibujo que tenía debajo de su estómago un poco arriba de su pierna derecha. Le llamaba la atención por lo resaltante y colorida que terminaba siendo de entre los tonos crema de su cuerpo, pero no más que eso.
Colores violetas y morados difuminándose sobre las líneas gruesas que formaban la figura de una nube. Era un lindo dibujo.
Pero ciertamente no se cuestionó nunca lo que era o porque estaba ahí desde que era niño, simplemente la observaba de vez en cuando no había tela sobre ella, lo que era lo más común.
La primera vez que alguien le explicó lo que era fue cuando tenía cuatro años y su padre había llegado a decir algo sobre que tendría que irse un tiempo de casa, pero que se aseguraría de regresar cuando tenga la oportunidad. Cuando recibió la noticia Tsuna no se sentía especialmente triste por esto, no es como que lo analizara tanto, era sólo un niño y las cosas pasaban a su alrededor sin cuestionarle.
Pero el día en que él y su madre fueron a despedir a su padre al aeropuerto y este los abrazo a ambos antes de alejarse con una maleta en sus manos, Tsuna sintió como él agarre en la mano de su madre se hizo más débil. Así que giró lentamente su mirada para observar el rostro de su mamá y de esa manera discernir qué era lo que sucedía.
Estaba llorando.
Por momentos no pudo reaccionar al ver como las lágrimas bajaban por su rostro rápidamente mientras que ella trataba de limpiarlas inútilmente. No le gustaba esa escena porque su madre no lloraba, Tsuna sí, lo hacía todo el tiempo. Pero cada vez que él se sentía triste por algo su madre se aseguraba de estar ahí para cargarlo con una sonrisa en su rostro, cálida y pacífica. Tan amable y hermosa, que Tsuna tenía que olvidar que era lo que lo ponía mal.
Pero esta vez su madre había perdido esa sonrisa que siempre mantenía en su rostro y de alguna manera eso hacía sentir terriblemente triste, pero no quería llorar porque sí él lloraba mamá podría preocuparse más. Así que aguantándose las lágrimas como pudo y llamando la atención de su madre preguntó—. ¿Por qué lloras, mamá?
Ella pareció recordar que él estaba ahí hasta ese momento, mirándolo con ojos grandes antes de negar, quitándose las lágrimas nuevamente (aunque en esta ocasión sí dejaron de caer) y se agachó hasta estar a su altura, sonriendo como siempre—. No es nada, Tsu-kun. Es que mamá va a extrañar a tu padre, es sólo eso.
Tsuna seguía preocupado, pero igualmente le parecía extraño—. ¿Por qué? Él prometió que regresaría —comentó, recibiendo un asentir de su parte.
— Sí, lo hizo... pero no lo sabes, Tsu-kun —lo tomó de sus cachetes, apretándolos un poco—. Cuando te separas de tu alma gemela te sientes muuuuy triste —aseguró.
— ¿Alma gemela? —juraría que lo había escuchado antes en alguna otra parte, de igual forma no recordaba en dónde.
— Sí, es la otra mitad de tu alma.
— ¿Yo tengo una también? —preguntó algo sorprendido de que algo así pudiera existir.
— Por supuesto, todos tenemos una. ¿Recuerdas el dibujo que tienes en tu estómago?
— ¿La nube?
Su madre asintió igual alegre—. Exacto, ese. Representa a tu alma gemela.
El abrió los ojos en respuesta—. ¡¿Mi alma gemela es una nube?! —pregunto preocupado.
Su mamá rio—. No, hijo —comentó entre risas—. Es más una representación de su personalidad que de su apariencia. Tu padre, por ejemplo, tiene un girasol en la espalda y mamá tiene una roca en la parte de arriba de su pecho. Ya sabes, porque papá es muy fuerte y rudo. Tu marca es igual, seguro tu alma gemela es alguien pacífica —y volvió a sonreír.
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En nuestra piel
FanfictionSoulmate Au! En donde todos tienen un marca con forma de algún objeto o lugar en especifico en el cuerpo que representa a tu alma gemela. Tsuna nació con la figura de una nube sobre su estomago, pero cuando era pequeño definitivamente no sabía el va...