―¿Qué? ―Sin previo aviso Derek le arrebató el celular de las manos a Mana y se lo llevó al oído―. Hola, ¡maldita sea! ¿Quién es? ―exclamó furioso.
A pesar de su amenazador tono de voz nadie habló, solo se escuchaba un extraño sonido gutural y después de unos segundos el bip que indicaba que la llamada se había desconectado. Intentó volver a llamar, pero ahora sonaba apagado; golpeó el auto energéticamente para liberar un poco de su frustración y estuvo apunto de tirar el teléfono por la ventana de no recordar a tiempo que no le pertenecía a él, sino a Mana...
¡Mana! Por un momento se había olvidado de ella.
Volteo a verla para inspeccionar como estaba, sabía que era muy sensible y un suceso como ese podía desmoronarla. Como lo imaginó estaba casi en estado de shock, su piel estaba más blanca que de costumbre y totalmente erizada, las manos estaban temblorosas y su mirada era presa del pánico.
―Mana, necesito que te calmes ―le decía despacio, poniendo la mano en su hombro―, esto es solo una broma macabra, Dexter, está muerto ¿Entiendes? ―Ella no hacía movimiento alguno así que no estaba seguro de si lo escuchaba o no― ¡¿Entiendes?! ―Esta vez lo dijo con más violencia, pero obtuvo mejores resultados, pues ella volteó a verlo y aun en su estado asintió lentamente.
Derek condujo tan rápido como pudo y en menos de lo previsto ya estaban en casa. Salió del auto, rodeándolo para abrir la puerta de ella y ayudarla a salir, debido a lo débil que estaba, no tuvo más remedio que entrar con ella en brazos a la casa. Una vez dentro la sentó en el sofá y la hizo tomar un vaso de agua.
―¿Estás bien? ―ella asintió lentamente.
―¿Quién pudo haber hecho eso? ―preguntó Mana con la voz llorosa.
―No lo sé, pero esto solo significa una cosa: ―Para él estaba muy claro lo que acababa de pasar―. Esa llamada la hizo la persona que asesinó a mi hermano y esa persona trabaja en la joyería Mcfale.
―¿Cómo puedes saber eso? ―La chica lo miraba desconcertada.
―Quien quiera que haya sido sabe que no soy Dexter, sabe por qué estoy aquí y sabe que tú me estás ayudando. Esto no es más que una treta para jugar con nosotros y de paso asustarnos.
―Y entonces ¿Qué haremos?
―Por lo pronto debemos rastrear esa llamada. No creo que sea la última que recibiremos.
Intentó llamar al número otra vez, pero continuaba apagado y aún no podía involucrar a la policía de San Francisco en el caso; la única salida para hacer un rastreo sin ser descubierto sería que Dexter tuviera su celular vinculado a sus cuentas en el computador, su idea se vio truncada porque no tenía ninguna de sus contraseñas.
Derek estaba más que confundido, el asesino debía ser alguien muy enfermo para hacer algo así y lo más probable es que uno de los dos vio su rostro aquella tarde, aunque no tenía idea de quién podría ser. Estuvo con los ojos muy atentos durante todo el día, pero nadie demostró una actitud sospechosa frente a él.
―Debo ir a refrescarme ―Él salió de sus pensamientos al escuchar la voz casi inaudible de Mana.
La vio levantarse del sofá y subir las escaleras despacio sin mirar hacia atrás, se veía frágil y desprotegida; sabía que no debía confiarse del todo en ella, pero su instinto le decía que era inocente, que era solo una víctima de las circunstancias; su hermano había sido muy afortunado de tenerla en su vida y un idiota por haberla privado de casarse con alguien que sí pudiera amarla.
No podía apartar sus ojos de ella mientras desaparecía en el segundo piso. rápidamente sacudió su cabeza para despejar esos pensamientos de su mente, él no era nadie para juzgar a su hermano, ni sus decisiones, además para la tarea que le esperaba debía de estar totalmente concentrado.
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El Desconocido
Mystery / ThrillerMariana Smith es una joven diseñadora de joyas atrapada en un matrimonio falso. Derek Patterson es un hombre dispuesto a todo con tal de descubrir la verdad. Un emporio joyero sustentado por el poder y el miedo. Un terrible asesinato que empuja a De...