ꕤ | ❝ Siempre habrá una pequeña pizca de maldad en ti que nunca podrás controlar. ❞
Al regresar a su hogar luego de años afuera, Leigh Miller se encuentra con la sorpresa de que Beacon Hills se ha convertido en un foro de lo sobrenatural.
Ahora, Le...
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Capítulo tres
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LA PRIMERA HORA DE CLASE había acabado. Leigh se había adelantado dejando a Connor a solas con Theo. Había creído que era lo necesario, ambos debían tener mucho de qué hablar. Así que, ella se había marchado en busca de su casillero para poder guardar algunos de sus libros y otras cosas.
Para su desgracia, la cerradura del casillero no quería cooperar con ella.
Ya había perdido la cuenta de cuántas veces intentó abrirlo, pero este parecía no querer ceder. Intentaría una última vez y si no abría, iría en busca de ayuda. Marcó la contraseña que ya se sabía de memoria y tal como espera, no se abrió.
Suspiró frustrada apoyando su cabeza en el casillero. Si fuera por ella, hubiera abierto la cerradura fácilmente desde hace ya unos minutos, pero no podía. Había demasiados estudiantes a su alrededor y no podía exponerse de aquella manera.
Se incorporó y dio media vuelta decidida a ir en busca del conserje, pero se topó de frente con su hermano.
Leigh miró a Connor entrecerrando sus ojos al notar la evidente sonrisa en el rostro del rubio. Su aura parecía brillar mientras que la de ella estaba algo apagada debido a su frustración con la cerradura del casillero.
—¿Qué? —La sonrisa de él se ensanchó aún más—. ¿Y Theo? —Leigh miró hacia los lados.
Connor entrelazó su brazo con el de ella y comenzaron a caminar alejándose del tumulto de personas.
—¿Recuerdas que te mencioné que había sentido algo en él? Pues era cierto. —Se inclinó hacia ella—. Es un hombre lobo —susurró para luego recomponer su postura.
—Beacon Hills se convirtió en un foro para criaturas sobrenaturales al parecer —mencionó con diversión Leigh recibiendo un asentimiento de Connor.
—La última vez que estuve en esta ciudad todavía era un niño y no sabía usar bien mis habilidades. Pero sin duda, no había tantos hombres lobos. Sin mencionar que ellos son los más fáciles de sentir, puede haber otro tipo de criaturas por aquí, pero debo concentrarme para averiguar que son. —Leigh pensó en las palabras de su hermano por un momento.
