Y rápidamente se rompió su corazón en pedazos, sabiendo que nunca iba a generar esa sensación y emoción en él como lo hacía ella, sabiendo que nunca iba a poder tenerlo porque realmente él no la amaba, sabiendo que aquella chica era su más cercana amiga, eso era lo que más dolía.
Volvió a abrazarse a si misma tras releer unas cuantas veces aquel mensaje y lloro como si no hubiera un mañana, estaba sola, en su cuarto, sin nadie que la cuidara o consolara, porque las únicas dos personas que tenía, eran las causantes de aquel dolor.
Sin más vuelve a caer, en aquello dónde el chico no la quería ver, dónde intentaron que saliera, pero en estos momentos no parecía que realmente a ellos les importara, tomo la navaja más afilada que tenía, y comenzó a hacer pequeños cortes ahogando su dolor, sus penas, su grito interior que era interminable.