Las veía caer, le dolía tanto ver esa imagen, una joven tan bella llorando por tal tontería, nunca podría haberlo imaginado, esa joven la había enamorado muchísimas veces, con tan solo su sonrisa ya estabas a sus pies. Lo decidió, estaba dispuesta a entregarle el mundo entero a su amada, sin dudarlo extendio su mano y la llevo al cuerpo de la chica...
En ese momento la mujer dejó de lado su llanto y lo volvió un grito de ayuda, que fue callado por aquella mano que salía de su espejo.