Noche de bodas

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Eran pasadas las 4, el alba casi salía y ellos estaban más despiertos que nunca. Tim mantenía la mirada en el horizonte de la ventana del coche y Damian hacia lo mismo del lado contrario. Todo permanecía en silencio. Sus dedos entrelazados y sus piernas rozando les daba una idea de lo que ambos pensaban. Después de todo lo emotivo del día, de la unión verbal y espiritual, vendría la unión física que para ser sinceros no sería la primera pero si la más especial.

El coche por fin aparcó en el hotel en el cual pasarían la noche/madrugada antes de irse a la luna de miel. Ambos salieron del coche con las manos unidas hasta recepción y posteriormente la habitación.

Tim se sentía calmado pero eufórico, sabía que era su momento para llevar la guía hasta consumar lo que les venía picando semanas. Su idea de abstenerse el último mes no había sido de las mejores ideas, tal vez fue la peor decisión de su vida.

Al entrar en la suite, Tim se acercó hasta la cama y comenzó a quitarse el saco para por fin poner en marcha sus planes de seducción. Pero este se vió interrumpido por un jalón que lo llevó de frente a su amante. Damian tomó su boca y lengua en la forma que siempre lo volvía loco. Tomaron el control que él buscaba y poco a poco se dejó hacer siendo derribado en la cama.

Negaría si dijera que no le encendía tener a un Damian demandante y participativo. Así que dejó que lo recostaran en la cama mientras devoraban su boca y su labio era mordisqueado. El beso era profundo casi podía decir que la lengua del menor abusaba de su boca. No habían dicho ninguna palabra, solo gimoteos o gemidos se escapaban de vez en cuando.

Tim se estaba perdiendo en el beso, su miembro como siempre aprisionado por el peso que Damian ponía sobre el. Tuvo que despabilar para detener el acto, ésta vez debía ser especial y no solo calmar el calor de sus penes. Sus manos que viajaban por la espalda trabajada, tomaron el rostro de Damian deteniéndolo para buscar aire.

"Lento." Fue lo único que logró articular pero al parecer fue suficiente porque Damian se detuvo. Las rodillas fueron a cada lado de sus caderas y sentándose encima suyo asintió.

Tim dió un respiro tembloroso, sus manos juguetonas acariciaron el cuello y bajaron por el pecho y cintura. Se tomó su tiempo en acariciar el cuerpo fuerte que por poco y lo sometía. Incluso tuvo el tiempo para cerrar los ojos disfrutando el toque. Se acomodó debajo del menor pero su movimiento fue respondido con el peso retirándose. Abrió los ojos para aclarar que el peso y fricción eran de su agrado pero se encontró con una imagen diferente.

Damian estaba hincado y desabrochando su pantalón blanco para posteriormente maniobrar al bajarlo. Cambio su peso hasta lograr zafar una pierna luego la otra, librándose de su prenda y ropa interior.

A Tim se le secó la garganta, Damian estaba hermosamente sonrojado. La mitad superior en blanco impoluto y la inferior con su piel morena al descubierto, con su pene erguido poderoso y sus muslos apretándolo en su lugar.

"Eres hermoso."

Damian rodó los ojos y de nuevo retomó el beso que le había dejado delirando. Usó su lengua esta vez, llevándola a espiar en la boca del menor. Sintió como el delicioso peso sobre, se alejaba y su propia cadera se levantaba buscando. Pero Damian solo se colocó en cuatro sobre él.

Recostó su peso superior sobre su pecho y su trasero se alzó. Antes que pudiera de nueva cuenta hablar, vió como la mano morena viajaba entre ellos hasta dirigirse al trasero voluptuoso.

Su mente tardó en hilar los movimientos de Damian sin saber cuáles eran sus intenciones. La boca hambrienta se separó de él para gemir bajo.

"Puedo ayudarte." Se ofreció a preparar la entrada caliente.

Boda ~TimDami~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora