𝟎𝟑: 𝐓𝐑𝐈́𝐎。

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—Te veí' bien, weón —suspiró, alzando la vista de su celular, y dirigiendo sus azules orbes en su amigo.

—No quiero causar solo eso. Quiero verme más que bien para esta noche —mencionó el norteamericano, despojandose de la sudadera amarilla, y volviendo la cabeza hacia Chile —, ¿comprendes?

Contemplado a México una vez más, y con la insolente actitud que le caracterizaba, puso los ojos en blanco.

—De todos modos, ¿por qué importa? ¿Verás a alguien en especial...? —inquirió.

En respuesta, el aludido solo exhaló con pesadez, peinandose los cabellos rebeldes hacia atrás, y dejándose caer en el sofá más cercano.

—Bueno... verás... —titubeó, buscando las palabras adecuadas, y enrojeciendo las mejillas en el acto —. ¿Tú conoces la frase "todos merecen una segunda oportunidad"?

Chile comprendió inmediatamente, elevando la vista del móvil con semblante ceñudo.

—México, no.

—¡Dijo que iba a cambiar! —explicó, evitando la severa mirada del contrario.

—¡Que iba a cambiar! JAJAJA —exclamó sarcásticamente, esta vez dirigiéndose al colombiano que descansaba la cabeza sobre sus piernas —. ¿Escuchaste Colo?

—Yo confío en él. Y eso es lo que debe importar —repuso el de escudo con creciente indignación.

Su exagerada risa se detuvo en seco, y su irritada mirada se posó nuevamente en el joven mexicano.

—Ese culiao' no tiene ni la más mínima intención de cambiar. No seai' weón, Mex —reprochó, intentando que el tricolor entrara en razón.

Mas este le ignoraba. Se sentía molesto por el brusco lenguaje que el chileno había empleado para referirse a Canadá.

El sudamericano menor se percató de eso, arrepintiendose de la manera despectiva que había utilizado para hablarle. Situó su móvil a un lado, y se resignó.

—Lo siento.

Tras un breve silencio, México decidió hablar.

—¿En serio crees eso? —preguntó —. Lo de que no va a cambiar —especificó, advirtiendo de la mirada confusa del de estrella.

Chile prefirió callar unos segundos, analizando con detenimiento lo que de su boca saldría.

Pensó en las palabras correctas para no herir demás a su amigo, pero es que no podía evitar hacer una mueca cuando de los labios de México se pronunciaba su nombre. Sin embargo de todos los pensamientos que le pasaban por la cabeza, solo uno destacaba; «No va a ser diferente»

—No lo creo, solo ha sido el enojo —mintió, mordiendose la lengua.

Ante su respuesta, México esbozó una sonrisa aliviada.

—Me alegra saberlo —dijo, levantándose del sofá, tomando la sudadera que yacía en el suelo —. Entonces ¿sudadera amarilla está bien?

—Más que bien.

El norteamericano asintió en aprobación, colocándosela, y acomodandola. Para posteriormente retirarse de la habitación.

Chile se limitó a tomar su teléfono con una mano, mientras la otra acariciaba el cabello del colombiano, aceptando la situación.

Pero aquella tranquilidad perduró poco tiempo, cuando México nuevamente ingresó al comedor.

—Chilito.

—¿Hmmm? —expresó, demostrando que lo escuchaba.

—De hecho quería pedirte un favor —murmuró.

—¿Sí...? Dime —dijo, apenas y sacando la vista de sus redes sociales.

—¿Me podrías acompañar?

Súbitamente soltó su teléfono, elevando la vista de golpe hacia su adversario.

—Yo no quiero ver a ese sacowea —negó, fruciendo el ceño una vez más —. Además, sería mal tercio.

—No lo serías —le aseguró.

—Tampoco quiero tríos.

Solo en ese instante se dio cuenta de lo que dijo, avergonzandose de sus palabras, y maldiciendo internamente su atrevimiento.

México seguramente decidió ignorarlo, porque solo prosiguió.

—Él vendrá junto a un amigo. Y no sé... quizás cambies de opinión acerca de la soltería.

Aquella declaración provocó en él una extraña sensación de pena. Porque aunque no lo admitía, el hecho de que su círculo de amigos siempre le intentara conseguir una pareja sentimental le hacía sentir como un idiota incapaz de cumplir con las expectativas de los demás.

¿En serio era tan importante conseguir pareja? Le parecía una completa ridiculez, él no quería abandonar la soltería. Por el contrario, gozaba de ella.

Pero lo de México no dejaba de ser una propuesta tentadora. Después de todo, un desconocido es cosa de una sola noche.

—¿Entonces...?

—Vamos.

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Actualizar cada dos semanas it's my passion.

Bueh, primero que nada, quería aclarar que lo de mi tablero fue una falsa alarma, no tengo programado dentro de mis planes eliminar todos mis libros, y empezar desde cero. Quizás solo no estaba satisfecha con lo que escribía, y me desanimé, pero reitero, nada por lo que preocuparse.

Segundo; he estado pensando en escribir un libro de One-shots, pero no lo tengo confirmado aún. Porque aquello requiere tener tiempo para escribir, y literal, tengo todos mis libros abandonados, por ese motivo prefiero centrarme en terminarlos. Sin embargo, no descarto la idea.

So... ¿Hasta mañana—?

𝐁𝐔𝐓𝐓𝐄𝐑𝐂𝐔𝐏 ✦ alemania×chile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora