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La noche había caído y con ella una fabulosa carrera. Nuevamente el lugar estaba repleto, ya no era muy difícil convencer a Esteban de mudar una que otra carrera para acá.

Un lindo chico pelirrojo bajo de un Lamborghini rojo, vestía un pantalón gris ajustado, una playera blanca holgada, un chamarra de mezclilla negra y unos tenis Nike blancos. Su cabello estaba acomodado perfectamente, sus anillos en cada uno de sus dedos, sus tatuajes se veían por las mangas alzadas de la chamarra. Una colonia varonil y exquisita.

Durante media hora, sus amigos lo convencieron de arreglarse, aunque sea por esta noche. Ellos harían lo mismo, solo querían ser ellos mismos, como eran antes.

Al final lo convencieron.

Otros tres chicos también bajaron de sus autos y otro de una moto. Cualquiera que viera la escena, creería que era una entrada triunfal, digna de hombres tan perfectos.

Caminaron lentamente por en medio de varias personas, llegando así a una mesa con bebidas. Tomaron cinco cervezas, hoy solo querían disfrutar y probablemente, también difrutar a Christopher, si es que realmente pensaba en irse de ahí.

Ninguno fisco a cualquier otro, ni siquiera a Erick y su equipo. Volvieron a caminar y llegaron a sus autos y moto. Recargandose en ellos, lucian frescos, perfectos, tan hombres. Muchas mujeres los miraban coquetas y se movían seductoramente, pero ninguno les hacía caso, si bien. Era una noche para ellos.

Correrían a lo máximo, sintiendo la adrenalina que tanto les gustaba y anhelaban.

Zabdiel: Er, ¿Estás bien?.

Erick: Si, supongo que está bien.

Matías: Está en todo su derecho pequeño, recuerda que en un rato. Luis llegará, el plan sigue en marcha.

Erick: Lo sé, estoy listo.

Y llegó, otro Ferrari azul y otro gris. Eran Luis y Iker, Erick los había invitado desde hace una hora ya. Sin duda Luis no dejaría escapar está oportunidad.

Luis: Luces espectacular.

Erick: Tú también.

Luis: Ven.

Luis lo abrazó, no le molestaba pero tampoco se sentía cómodo, sabía que alguien probablemente los estaría viendo. Y eso lo le gustaba mucho.

Luis: Tenemos que hablar de lo que pasó hoy.

Erick: Que te parece si mañana, hoy quiero disfrutar.

Luis: ¿Vas a correr?.

Erick: Si, por fin verás a este galán en acción.

Luis: Ya era justo, también planeo correr. Sera divertido aplastar a alguien aquí.

Recordó cuando corrió contra Christopher, le costó algo derrotarlo, peor lo hizo. Christopher ganó, luego de llevar las de perder.

Joel: ¿Seguro quieres seguir aquí?.

El de cabello castaño pregunto a Christopher, quien miro aquella escena y ese abrazo. Su pecho dolía y quemaba, aún más de ver cómo Erick le sonreía a Luis. Platicaban cómodamente.

Chris: Claro, juramos hoy sería una noche para nosotros. No misión, no diez, no Luis, no Iker. No Erick.

Los cinco chocaron su cerveza, era la quinta en lo que llevaban ahí lo cual eran unos veinte minutos.

Toda la música estaba al full, realmente el ambiente estaba bueno. Pero el corazón de dos chicos no, se extrañaban. Pero era mejor así.

No se seguían lastimando.

Joel: ¡Fondo!.

David tomaba un cuarto de botella y la tomaba. Era seco el líquido y le quemaba la garganta. Logro tomarla, se encontraban bien, felices los cinco. Solo eran ellos.

Alan: Vamos a correr.

Chris: Vamos, lo necesito.

Caminaron un poco llegando a Esteban, el estaría organizando las carreras y las apuestas. Erick estaba ahi, con Luis, Iker, Esteban y su equipo. Aún así se acercaron.

Esteban: Oye, que bien te vez.

Chris: Siempre me veo así.

Esteban: Resulta que hoy te miro perfecto, hombre. Realmente perfecto.

Chris: Tu también luces muy bien.

Esteban: Vaya, que alago.

Esteban comenzó a reír, mientras Erick los miraba serio.

Chris: Sabes que los cumplidos nunca han sido mi fuerte, soy más de hacer las cosas.

Con Erick era diferente, los alagos, cariños le salían completamente solos y también hacia las cosas.

Esteban: Muéstrame.

Chris: Lo haré, quiero correr.

Eso no le gusto para nada a Erick, quien se cruzó de brazos. Luis hablaba con Iker, eran cosas pequeñas, sin nada de importancia, a comparación de ver a Christopher con Esteban.

Esteban: Claro, dime con quién quieres. Te lo doy.

Luis: Corre contra mí.

Chris: Ya lo hice.

Luis: Nuevamente.

Chris: Sabes como acabará, prefiero correr contra alguien más. Esteban.

Dejo de mirar a Luis, estaba a lado de el.

Luis: Vamos Christopher, corre conmigo. No tienes nada que perder, a menos que apuestes algo.

Christopher lo miró serio y enarco una ceja. ¿Acaso era un reto? lo era. La cara de Luis era burlona. No lo pasaría por alto. Erick y los demás solo se dedicaba a ver la escena.

Chris: Dime qué quieres, apostemos.

Luis: Genial, si pierdes. Me venderás tu parte de este territorio y no te volverás aparecer por aquí.

Chris: Echo.

A los ojos de Erick, Iker y su equipo. Christopher se notaba muy confiado y seguro. Más sin en cambio, las caras de el equipo de Chris y Esteban, lo miraban normal, ellos sabían de que era capaz.

Luis: Y si pierdo.

Chris: Quiero tú auto, ese Ferrari se vería bien en mi colección.

Erick no entendió, ¿Una colección?. No sabía que existiera tal cosa. Pero si existía, en un estacionamiento detrás del garaje principal, Christopher contaba con una colección de seis autos deportivos y dos motos de pista.

Luis: Echo.

Esteban: Ya está dicho jóvenes, corran. Saben lo que esta en apuesta.

Ambos se miraron y sonrieron burlonamente, Luis estaba seguro le arrancaría el territorio y lo alejaría por completo de Erick.

Conseguiría lo que quisiera.

Mala Actitud (ChrisErick).➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora