Montañas Lisérgicas

5 3 2
                                    

MONTAÑAS LISÉRGICAS

BASADO EN UNA HISTORIA REAL

25 de julio de 1978

Después de haber hablado durante unos largos meses de vivir la experiencia que les daría ese extraño compuesto llamado LSD, Jorge, Berni, Tony, Denis y Earl, los chicos, se juntarían en la parada de autobuses que les dirigiría a las montañas de Pennrose. Cogieron sus mochilas, con agua, bocatas, cuadernos, juegos e incluso instrumentos musicales donde pasarían el día bajo los efectos del compuesto, subieron al autobús, a Berni le sudaban las manos, estaba nervioso, se le notaba por la forma en que se rascaba la muñeca, se la dejaba en carne viva:

-No puedo negaros que tengo un poco de miedo- expresó Berni.

-Todos lo tenemos, igual que con las setas y con la salvia, pero cuando te lo tomes, te puedo prometer que todo eso que sientes desaparecerá de un plumazo- le contestó Denis para tranquilizarle.

En ese momento no hablaron más, todos estaban lo suficientemente nerviosos como para emitir palabras. El trayecto duró apenas 20 minutos, donde les esperaría Jorge:

-¡Que paisa paisano!-le dijo Denis a Jorge.

-Pues nervioso no te lo voy a negar, pero a la vez con ganas- dijo mientras saludaba a todos- ¿tenéis agua, comida y demás?

-Claro tío, venimos preparados- contestó Toni.

-Pues no hay más que hablar ¿no?- hubo un silencio- pues venga, que tenemos unos cuantos minutitos de caminata- dijo Denis.

-Tampoco nos vayamos muy lejos por lo que pueda pasar- incluyó Berni.

Entonces los 5 chavales se dispusieron a caminar a un paso bastante ligero bajo un sol achicharrante y desconcertante. Por el camino iban cantando canciones y contando chistes de un humor bastante negro:

-¿En que se parecen un bebé y una lechuga? Preguntó Toni.

-Ni idea-contestó Jorge.

-Que los dos crujen cuando te los follas.

Todos soltaron un sonido de asco como si fuera un <<aaaaagghh>> aunque estoy seguro que alguno le entró la risa por dentro. Pronto alcanzaron la entrada del bosque.

-Que putada que esto esté en cuesta, podríamos resbalarnos y reventarnos contra una roca- comentó Bernie.

Denis se rio con eso, a la vez que añadía:

-Lo bueno es que podremos bajar la montaña rodando si estamos muy cansados.

Innumerables bromas inundaban aquél aire amistoso, Jorge miró a un lado suyo y vio que el riachuelo donde se pensaban bañar estaba seco. Le corrieron numerosos sudores por su frente, se los quitaba cada 15 segundos:

-Tío, estoy hasta la polla de andar, ¿Por qué no nos quedamos en esta sombrita y ya está?

Todos se miraron sudorosos mientras asentían con la cabeza, dejaron sus mochilas y descansaron durante un rato.

-Bueno, ¿empezamos o no?- dijo Toni.

-Sí, ¿Por qué no?- Contestaron los demás

Denis era el encargado de llevar las dosis y las empezó a repartir, Jorge, Denis y Earl tomarían solo medio cuadro, en cuanto a Toni y Berni vivirían la experiencia con un cuadro completo.

-Si os pasa cualquier cosa, me refiero, a si os encontráis mal, si tenéis miedo o veis que perdéis el control no dudéis en expresarlo, aquí todos somos amigos, prefiero pasarme la experiencia estando todos bien a que uno acabe con un ataque paranoico o de pánico.

Montañas lisérgicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora