Ya es invierno. Como te dije, llegamos para unas cuantas fiestas. La nieve es preciosa si la miras desde la ventana, en casa. Pero es una mierda cuando te pilla. Sigo componiendo canciones que no significan mucho. De la guitarra al piano, y vuelta a empezar. Se me desafinan las letras. Sigo leyendo los mismos libros que ya leía hace tiempo. Supongo que me anclan un poquito al verano. Mientras espero a que se termine. Es un poco duro hablar ahora, pero creo que prefiero eso a morir. Y callar, a demás, nunca se me dio muy bien. ¿Cómo estás, Elio? ¿Te acuerdas aún? A veces tengo miedo por las noches, pero intento mantener la calma. La nariz me ha vuelto a sangrar unas ocho veces y creo que es por eso que me he decidido a escribir. Y es que sigo esperando muchas cosas. Al contrario que todos aquí, no quiero que las flores vuelvan a florecer. Esta vez no quiero una primavera. Y aquí me tienes, con la chimenea al lado. Es irónico que esté tan frío como para querer meterme dentro de ella. No lo haré, de momento me apaño. De momento aún conservo el verano. Pues supongo que ya está. Que te echo de menos. ¿Ahora? Sí, ahora. Que nos vemos, supongo. P.D: Llámame, ¿vale? Pero por tu nombre.
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