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Las rosas se movían con el viento, al igual que las copas de los árboles y los dientes de león que se encontraban a tu lado. El sol se escondía detrás de los árboles al Oeste, la leve brisa acariciaba tu piel, y lo único que podía pensar era en tu paz, y en tu belleza.

Aquél sentimiento que jamás creí sentir por tí, es lo que me mantiene vivo en estos instantes. De no ser por tí, estaría apagado, deprimido. Eres mi luz.

Con tu lindo cabello rosa desteñido que me hace pensar en el cielo ahora mismo. Con tus rojizas mejillas que son del mismo color que las rosas que nos rodean. Con tu perfecta sonrisa que me llena de paz, me hace olvidar de cualquier problema y me hace saber que todo va a estar bien. Me enamoraste de una manera inimaginable.

Sólo éramos mejores amigos hace un año y medio. Ahora eres todo lo que deseo.

Estaba atardeciendo, ninguno de los dos omitíamos sonido pero estaba bien. Está todo perfectamente bien si estoy contigo.

Mi corazón, cómo siempre, latía con fuerza cada vez que estaba cerca tuyo. Sentía un cosquilleo en mi panza. Jamás querría separarme de tí, no puedo siquiera imaginarlo. Sí, hace seis meses somos pareja, pero no me imagino mi vida con alguien más.

Creí que jamás me enamoraría. Que jamás encontraría el amor, a la persona indicada. Pero estoy 100% seguro de que mi persona eres tú, y siempre vas a serlo.

Incluso cuándo estaba al borde de la desesperación y tristeza, tú estuviste conmigo a cada segundo. Cuándo me sentía completamente solo, tú me diste tu hombro para llorar en silencio. Cuándo en las noches sentía frío, tus brazos rodeaban mi cintura dándome calor. Si hiciera una lista de todas (incluso los mínimos detalles) las cosas que hiciste para salvarme, no terminaría jamás.

Todavía recuerdo la vez que conocimos en aquél bar. Yo estaba a unos pasos de consumirme por el alcohol, y oí tu "¡hola!" tan alegre que incluso me caíste mal por los primeros minutos. Eres cómo mi ángel guardián.

Ni siquiera sé por qué te llamé la atención. Era un simple chico solitario en la esquina de la barra con una botella de cerveza en mi mano, con mis ojos hinchados de tanto llorar y mi pelo terriblemente despeinado. Mientras que tú llegaste con una camisa negra, unos jeans y tu pelo estaba perfectamente ordenado, tus lentes que te daban un toque de ternura y tu personalidad optimista que salvó mi noche.

Te amo, BamBam.

Me gustaría encontrar una forma de hacerte tan felíz cómo tú me haces a mí... pero no puedo. Ese es tu don en la gente, no el mío. Me gustaría que cuándo despertaras sólo bastara con pensar en mí para animar tu día, cómo yo lo hago contigo. Realmente no sé si lo haces, pero sería bonito que estés tan enamorado como yo.

—¿Quieres volver? ya hace algo de frío... —te pregunté al verte temblando.

—No, está bien.

¿Había hecho algo mal? noté la frialdad en tu voz. Tal vez amabas el cómodo silencio que hubo entre nosotros y querías mantenerlo por más tiempo. O... o tal vez realmente estás cansado de siempre intentar mantenerme felíz en mis recaídas...
No sé por qué las tengo. Probablemente porque aún me afecta lo duro que había sido mi infancia y adolescencia, el hecho de tener que mantenerme desde los doce porque a mis padres no le importaba mi salud, mi educación, mi agresivo comportamiento o las cientos de cicatrices en mis antebrazos.

Aún así, lo siento. Siempre dices que soy algo sensible y dramático... déjame decirte que tienes toda la razón.

Me acerqué a tí muy lentamente, ambos estábamos apoyados en el tronco grueso de un árbol. Te tomé por detrás y dejaste caer tu cabeza en mi pecho, al instante acaricié tu suave pelo. Entrelazaste una de mis manos con la tuya, brindándome calor y amor con tan sólo ese movimiento.

¿Estaremos destinados a estar juntos? ¿o tal vez soy yo que no puedo despegarme de tí?

El cielo estaba lleno de estrellas, los árboles a nuestro alrededor se mezclaban con la oscura noche. La luna, grande y brillante nos alumbraba. Incliné mi cabeza para ver el brillo en tus ojos en cuánto viste la luna.

Sé cuánto amas verla, sé cuánto amas la noche y el canto de los grillos a lo lejos. Te conozco más de lo que te conoces. Y tú me conoces más de lo que me conozco, ¿eso está mal?

Te abracé con más fuerza intentándote decirte todo lo que siento solo rodeándote con mis brazos, pero no sé si te das cuenta de ello.
Acariciaste mis brazos, erizaste mi piel, aceleraste mi corazón, llenaste mi alma.

Podría arrepentirme de cualquier cosa en la vida, excepto el haberte conocido. Incluso si esto no dura para siempre, jamás dejaré de pensar en tí, jamás dejaré de recordar tu sonrisa a la mañana al despertarme o a la noche en cuánto voy a dormir. No olvidaré lo mucho que adoras la noche, el café, las donas, las películas de terror, los libros, la música triste.

—BamBam...

A partir de este momento, muchas cosas podrían cambiar pero me siento seguro, feliz, decidido a decírtelo. Sin importar cuál sea tu reacción, mi sentimiento no se irá con facilidad. Tal vez me cueste años, o una vida.

—¿Sí? —giraste tu cabeza para mirarme, me sonreíste y no pude evitar quedar embobado contigo. —Jack, ¿qué pasa?

—Te amo.

Ni siquiera supe cómo habías reaccionado, yo me perdí en tus brillosos y hermosos ojos que tampoco dejaban de mirarme. Te quedaste callado por un momento, sentí que tal vez no sentías lo mismo pero eso no está mal, con el tiempo lo harás, o tal vez no.
¿Estabas pensando en qué decirme para no ser tan directo y frío, o te quedaste shockeado debido a mis palabras?

Rocé nuestras narices para sacarte de tu ensoñación. Una amplia sonrisa se formó en tu rostro. Los grillos, las estrellas, los árboles, la luna, todo había quedado atrás, en este momento no existía otra cosa que tú y yo.

—Te amo más que a nada. No me arrepiento de decirlo, jamás lo haré.

Corrí un mechón de tu cara, noté tus ojos cristalizados y me sentí algo confundido. ¿Querías llorar de alegría?

Jamás te he visto llorar, en la relación eras el fuerte porque yo era el que constantemente estaba derramando lágrimas.
Limpié una lágrima que recorría tu mejilla y me abrazaste, aferrándote a mi cuello.

—Nadie me lo dijo antes —susurraste.

—Te lo recordaré cada mañana.

—También te amo. Te amo muchísimo.

Ahora yo tenía ganas de llorar.
Jamás me había sentido tan felíz en mi vida, cómo si mi pasado, cada mal recuerdo se hubiera esfumado. Mis inseguridades habían desaparecido. Ahora estoy dándome cuenta que me salvaste por completo en el momento que pronunciaste aquellas palabras.

Me siento orgulloso de mí mismo al haber tenido el valor para decírtelo, porque lo sentía desde hace ya mucho tiempo. Que me correspondieras fue una sorpresa agradable.

¿Quién lo diría? todos mis esfuerzos que antes creía en vano, tuvieron sentido en un oscuro pero agradable campo de flores.

[. . .]

¡volví, gente!

aproveché no tener wifi para escribir esto, es algo corto pero me gustó ah

espero que les guste ya que por primera vez escribí un o.s felíz y no depresivo xd

gracias por leer <3

Field of flowers • [JackBam, O.S] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora