Es codiseada, querida y envidiada, pero no puede amar.
De cama en cama sin obtener el calor que jamás sintió siquiera en verano.
La verás siendo verenada, pero no se mosquiará.
Confunde afecto con deseo, con la esperanza de sentir esa atracción que tanto te desquicia y te obliga a hacer locuras.
"Manos frías, amor por un día " Pero no lo tiene en las noches, cuando las estrellas contemplan su desnudez.
Anhela hacer el amor, pero no se ha percatado de el daño que ha causado a su alrededor.
Amores llegan a ella a todas hora a su puerto sin importar el pronóstico, pero ella va creciendo con cada llovizna de sus huéspedes y el mar que los separa.
Es la mejor en lo hace, pero ¿qué caso tiene, si no lo disfrutas?
Es adictiva en cada vello de su cuerpo y lunar de su pecho, pero sus cicatrices son lo único que la abrazan ¿No se puede estar rota sin haber amado? Te aferras a su espalda, clamas su nombre, pero no te oye. No puede oirte, solo te apreciará y te enseñará a quererte a ti mismo sin la intención de Enamórarte, pero varios ya entendieron que es inevitable.
Va probando, géneros, cultura, edades, tonalidades y en su equipaje de ida y vuelta solo habrá su amor propio.
Tus ojos se encontrarán con los suyos y no podrás evitar hipnotizarte porque su mirada es codiciosa, mordaz y exótica.
Tu visión y toda razón se nublaran cuando sus labios prueven los tuyos, porque a ella no la puedes saborear. Ella se deleitara contigo y no quedará vestimenta que obstáculice el baile de sus movimientos y suplicaras por más.
No hay idioma, palabra o murmullo coherente que brotace de tu boca. E intentarás tener control de ti mismo, pero eso deja de existir una vez ya te hallas ahogado en el alcohol de su aroma. Ni un mudo se escapará que cantarás para esa medusa.
Ahora eres la melodía de su danza, un acto contemporáneo realizarán. No hay tiempo una vez ya abierta la función. Imploraras a lo que no creas, porque amarla es el peor pecado capital que se podrá cometer.
