Capítulo 28

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—Vendido como escavo... Pobecito. Dewe esta tistes. Isaac, weo que si venden a weablaine omo patano, yo tamben estale.tiste (Vendido como esclavo ... pobrecito. Debe estar triste. Isaac, creo que si venden a Leblaine como pantano, yo también estaré triste...)

—Eso es... es débil, niña. Por eso lo captura el traficante de esclavos. Eso es lo que solía decir mi antepasado: "El fuerte siempre reprime al débil".

—¿Entonces yo también soy malo?

Ante mis palabras, la expresión de Isaac vaciló.

—¡¿Qué estás diciendo?!

—Yo tamben soy débil . Soy tan pequeña y no so tan fuete como Heny y Isaac. (Yo también soy débil. Soy pequeña y no soy tan fuerte como Henry e Isaac).

La expresión del niño se volvió inmediatamente abatida ante mis palabras. Al ver su mirada triste, tiré de su manga con fuerza.

—¿Todavía vas a comparle un escavo a Blaine? (¿Todavía vas a comprarle un esclavo a Blaine?)

—No lo compraré. Nunca compré un esclavo antes. Solo quería darte los mejores juguetes, y escuché que los nobles coleccionan esclavos como juguetes en estos días. Quería comprarte los mejores juguetes, por eso te traje aquí...

—Eta bien, etonces, si ese es el caso . Cambe de opinio, ¡Sigues sendo el más genial! (Está bien, entonces, si ese es el caso. Cambié de opinión, ¡sigues siendo el más genial!)

El rostro decepcionado de Isaac se iluminó de alegría al escuchar mi declaración. Suspiré para mis adentros ante su sencillez.

Es difícil educar a un niño.

(...)

Cuando el duque regresó al castillo, su temperamento pareció empeorar. Debido a su temperamento volátil, los empleados y administradores caminaban sobre un hielo delgado.

Lea y mis doncellas estaban igualmente distraídas. Estaban dormidos mientras me cuidaban. Pero fue algo bueno para mí.

Aprovecharé esta oportunidad para ver a los nuevos administradores.

Pensé mientras recordaba el camino a la sala donde estaban apostados nuevos administradores. Había estado mirando su oficina con el pretexto de hacer mis deberes y buscar números.

—Leah, quiewo i a la habitacion del administador. (Leah, quiero ir a la habitación del administrador).

—Habitación del administrador.... Yuni, ve con el bebé.

Ordenó a una de las doncellas estacionadas que me acompañara.

Negué con la cabeza ante las palabras de Lea.

—¡No, eta ben! Puedo ir sola. (¡No, está bien! Puedo ir sola).

—Pequeña señorita, debe tener cuidado cuando conozca a una nueva persona en el castillo. Debido a que el duque acepta a las personas independientemente de sus antecedentes y estado, es por eso que debemos ser cautelosos. Sería mejor para ti si Yuni está a tu lado.

Leah me explicó pacientemente. No pude refutar su lógica y su decisión, ya que sé que de hecho había un criminal escondido dentro de la finca e iba a averiguar quién era...

—Bueno...

—Eso es muy generoso de su parte.

Lea me besó suavemente en la coronilla.

Y así fue como Yuni y yo terminamos caminando juntos hacia la habitación del administrador. Cuando estaba a punto de entrar a la habitación, una voz frustrada gritó desde la habitación, sorprendiéndonos a Yuni ya mí.

Blaine | Libro UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora