LA MUÑECA DEL RECUERDO...

UNA IDENTIDAD DETRÁS DEL ÁRBOL

George se encontraba en la cocina preparando la comida y Tom el perro de la familia no paraba de ladrar por lo que George decidió salir al porche trasero para ver si pasaba algo ya que Tom era un perro que no ladraba mucho, pero al llegar allí no había nada. Al volver a la cocina, Tom seguía ladrando sin parar entonces George apartó la cortina de la ventana de la cocina para ver si había algún animal y mirar por la ventana vió como una figura de una persona se encontraba detrás de uno de los árboles del campo, pero no se podía apreciar el rostro de esta, simplemente, que tenía el cuerpo de una persona. Salió de la cocina para ir de nuevo al porche trasero y al llegar aquella identidad había desaparecido.

Poco tiempo después Caroline llegó a casa, ya que estaba con los niños en el campo jugando.

George: Hola mi amor.

Caroline: ¡Hola George!

George: Caroline, ¿Has visto a una persona vestida toda de negro?

Caroline: No, ¿Por qué lo dices?

George: He visto a alguien detrás del árbol, salí para ver si quería algo, pero al llegar allí ya no estaba.

Caroline: Bueno, tranquilo sería alguien que estaba mirando la casa...

Después de comer, Helen y Margaret se fueron al cuarto a jugar, Gabriel y Harry se fueron al porche trasero con Tom a jugar y George y Caroline se sentaron en los sillones de la sala de estar.

Caroline: George, hoy he ido a conocer a la vecina que se llama Judith, una mujer muy agradable y simpática. Pero me ha contado unas cosas que no me han gustado mucho..

George: ¿El que amor?

Caroline: Que la familia Jones compró esta casa en el 1900 y a los meses de estar viviendo aquí, las trillizas del matrimonio se lanzaron por la ventana de la habitación. Un cura dijo que una de sus muñecas estaba poseída y que esta fue la culpable de la muerte de las niñas... Y que al poco tiempo después la casa hacía cosas extrañas.. ruidos, desgarros en las paredes, objetos volando... No quiero pensar como deberían haberlo pasado la familia Jones..

George: Oh, venga ya. ¿Enserio te crees eso? No hagas caso, esa abuela solo quiere asustarte amor.

Caroline: No sé que pensar, también dudo que sea verdad... Me olvidaré de todo esto y ya está, ahora tenemos que disfrutar de la casa y del campo. Mira que felices están los pequeños...