Fetiches

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Y un nuevo capitulo como ven cada Viernes ire actualizando esta historia que espero os guste sin mas comenzemos

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Era un nuevo día en el pueblo de Karmaland y como siempre se podían ver a los héroes caminar hacer sus cosas, pasear o simplemente hacer nada como era el caso del osito del pueblo uno de los híbridos del pueblo junto a Fargan, desde la altura de su bella casa de árbol regalo de uno de sus crush, para nadie era un secreto que el peliblanco teñido estaba enamorado del amante del morado, pero lo que nadie sabía que este también estaba enamorado del amante del verde.

Rubius- ay Juan Carlos qué difícil es amar

El menor suspiro viendo a lo lejos la casa árbol de su otro crush, era tan imponente y hermosa como la isla flotante de Vegetta, no importaba cuantas veces se intentara declarar o mandarle indirectas a alguno de los dos nunca las captaban o simplemente pensó que estos ya lo sabían pero se hacían los tontitos y no querían lastimar sus sentimiento, pero actuaban tan dulces cuando estaban a solas que lo ilusionaban, pero porque ser tan crueles de ilusionarlo y luego solo dejarlo vendido.

No creí que fueran crueles, bueno por lo menos uno de los dos no podía ser tan cruel como para solo ilusionarlo, pero lo que él no sabía es que ambos estaban enamorado de él, ambos eran celosos y muy posesivos y cuando el menor no los miraba ellos se peleaban entre ellos para saber quién se quedaría con el menor, aunque porque no compartir total eran mejores amigos desde pequeños y sabían compartir, así que vigilando al menor comenzaron su plan, querían al oso y ambos lo tendrían.

Tenían días vigilándolo y miraban que le gustaba, lo que miraba con ilusión o simples detalles pequeños como si amaba algo, las flores que le gustaban, las comidas, dulces o simplemente algo que llamara la atención del menor, descubrieron que amaba los animales, que tenía una tentación por los dulces y comidas en específico, pero lo que más los ayudo fue la debilidad que este tenía por el vinito barato de Luzu, y pidiéndole unas cuantas botellas a su muy buen amigo y colega, amigos de infancia basto para continuar con su plan, Willy se ocuparía de entretener al menor y lo llevaría a la casa del amante de morado.

El pelinegro decoraría su propia casa del árbol colocando una mesa para tres, unos simples espaguetis con albóndigas, tres copas y una botella de champán una copa por cada uno, luego hasta arriba donde estaba su pequeño estanque coloco un colchón lo bastante grande para que tres personas pudieran acostarse, lo cubrió con un cubrecamas blanco y una sábana roja, tan roja como la misma pasión, agrego muchas almohadas muy grandes y suaves, a su lado dejo las botellas del vino y un tazón lleno de fresas, chocolate derretido y miel recién extraída, al hibrido de oso le encantaba la miel.

Rubius- tu que dices amigo, que debería hacer
Willy- deberías dejar de hablar con un cerdo
Rubius- AAAAH, Willy tío, que susto
Willy- lo siento no quería asustarte, pero estabas tan concentrado
Rubius- jajajaja, bueno, pasa algo, necesitas algo de mi
Willy- nada, solo quería ver como estaba uno de mis hermanos oscuros
Rubius- ah era eso, pues creo que bien
Willy- ya veo, tienes algo que hacer
Rubius- no claro que no
Willy- genial, quieres dar una vuelta conmigo
Rubius- claro

Ambos chicos bajaron de la casa del menor y fueron al pueblo a través del tren que este mismo había construido para los que vivían por esa zona y no caminar tanto, más cuando era una emergencia ese tren era muy útil, cuando llegaron al pueblo comenzaron a caminar bromeando y platicando de asuntos que no tenían nada que ver con la hermandad oscura, cuando de repente se toparon con el oji morado, que los saludo de lejos y camino hasta ellos con una sonrisa muy coqueta.

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