La castaña abrió levemente los ojos para ver como el avión se detuvo, miro por la ventana y una sonrisa apareció en su rostro, tomo sus cosas y bajo, hacia algo de frio pero así era, Japón estaba en invierno en esos momentos, luego de ir a buscar su equipaje que era mucho al parecer camino hasta la salida, un auto la esperaba con un cartel que decía “____ Hasekura” un hombre, de edad media unos 30 años la ayudo con sus bolsos y maletas.
-___ , te llevaremos a tu nueva casa, tus padres nos han dicho que prefieres vivir sola así que te tenemos un departamento, por cierto, soy tu tío, sé que quizá no me reconozcas, eras muy joven cuando te fuiste a Australia –el hombre, más alto que ella le sacudió el cabello haciendo qué se alborotara un poco.
- está bien, me alegra mucho estar de vuelta en mi país, creo que ya me inscribieron en una secundaria, espero me valla bien, tío –la ojimiel entro al auto, era amplio, en donde había una chica con un rostro de indiferencia, pero al entrar ella sonrió enseguida.
- ¡___-chan! –la chica salto y atrapo en sus brazos a ____ la cual quedo muy sorprendida, sus cabellos eran de color miel, con mechas de colores azul, morado y rojo, muy raro, sus ojos eran azules, seguramente se conocían pero quizá ___ no la recordaba del todo- soy tu prima, Chieko Hasekura, me alegro mucho de verte, iremos al mismo instituto.
- Chieko-san, perdona no te reconocí estas tan… cambiada –realmente ___ no reconocía a su propia familia, bueno, después de todo solo tenía 5 cuando se fue a Australia, se sintió a gusto en el viaje en auto, Chieko le hablo de su nuevo instituto, que era genial, irían a clases diferentes pero todo estaría bien, después de todo ambas tienen 17 años, van a tercero el último curso del instituto y luego a la universidad.
El auto se detuvo en un edificio gigantesco, la puerta del lado de ___ se abrió, salió tranquilamente mirándolo asombrada, su prima traía sus maletas, pero ella también tenía algunos bolsos.
-____-kun, te quedaras con Chieko por hoy, ella te enseñara el lugar, será tu vecina ya que también vive en estos departamentos, también como hoy es domingo, mañana te ayudara en la escuela, es un problema ser nuevo a mitad de año –su tío le beso la mejilla a ambas para luego ir al auto e irse en él.
- Chieko-san... –la castaña aclaro su garganta, para luego mirar a la chica y que esta la mirara a ella- ¿en qué curso me ha tocado? –estaba ansiosa por entrar, pero sería complicado estar con gente desconocida, pero con su prima junto a ella no sería muy complicado.
- por lo que se, estas en el grupo 2 de tercer año, yo voy en el grupo 1, mañana te presentare a mis amigos y comerás conmigo, si alguien te molesta debes decirme… sé cómo eras en la otra escuela, todos te pisoteaban –la chica de cabellos de colores le dedico una sonrisa comprensiva, sabía que era ser discriminado, ya que porque Chieko era algo diferente, los chicos del instituto a veces eran malos con ella.
- está bien… me preparare para mañana –tomo algo de aire, se sentía mal por eso el único amigo que tuvo alguna vez en Australia se fue a Japón hace unos 2 años, se sentía algo sola, peor, él era el chico que le gustaba y eso fue… como un ataque al corazón, se volvió algo fría desde entonces, ya no creía en esas cosas del amor, menos ahora que tenía claro lo que quería ser, los hombres son un estorbo.
- subamos ___-chan –la ojiazul le tomo la mano para que no se quedara atrás y entraron al ascensor juntas, luego de unos momentos en este paro, en el piso doce, ambas salieron.- tu cuarto es el 127, yo vivo en el 124, somos casi vecinas, pero hoy me quedare contigo, arreglaremos el depa y ojala te sientas cómoda –la chica, más alta que ella le dedico una sonrisa para luego quedar en frente de una puerta con el numero ”127” esta saco una llave y abrió.- es tuya.
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"heart attack" [rin matsuoka × lector]
FanfictionNunca puse mi amor en la línea, nunca dije que sí a la persona correcta, nunca tuve problemas para conseguir lo que quería, pero cuando eras tu, yo nunca fui lo suficientemente bueno. Y cada vez que trate de ser yo mismo, me salio mal, como un grito...