Sólo yo puedo insultarte.
—Mariee ya levántate —me mueve bruscamente de un lado a otro
—Diego ahorita bajo—Hice una cara de fastidio
—Dijiste que me ibas acompañar—me sigue moviendo
—Solo dame 10 minutos, te prometo que ahora bajó. Sólo ya salte —me gire bocabajo tapándome con mi sábana
—Si no bajas en 10 minutos, no te vuelvo a invitar a ningún lado —se levantó y se fue
No tuve una buena semana. Me lesioné, cobras se llevó la victoria de la primer semana, tengo moretones por todo mi cuerpo, pero ya le había prometido a Diego acompañarlo a visitar a sus primos así que con las pocas fuerzas que me quedan, me levantó, cepillo mis dientes luego me metí a bañar, me puse ropa casual y baje.
—Feliz? —dije sarcástica, mostrando un poco de molestia
—Si no querías acompañarme me hubieras dicho con anticipación, te habría comprendido
—Si claro, andando—salimos, y nos fuimos en su auto que ayer ya se lo habían entregado
—Como tu mejor amigo que soy, te digo que deberías renunciar—dice mientras mantiene la mirada al volante
—No puedo hacer eso, no quiero que digan que que no "aguanté" nada—miro del lado de mí vidrio
—Pero esa la verdad, no "aguantaste" nada—suelta una risa burlona
—Ya no me eches más porras, gracias
—Ya hablando enserio créeme que me preocupo y no me gusta verte toda zombie
—Na tranquilo, si puedo
Llegamos a la casa de sus primos, son tres, y siempre han sido los favoritos de su familia por eso es que a Diego no le da tanta felicidad verlos pero tiene que visitarlos ya que están trabajando en un proyecto juntos.
Entramos y ya dentro puedo apreciar lo grande que es su casa, casi toda es de madera pero luce hermosa por lo grande que es.
se acerca uno de sus primos, es el mayor, se llama Santiago, y camina hacía nosotros. Me sorprendí porqué sólo lleva unos shorts y su pecho lo lleva descubierto, se nota que se ejercita muy bien.
—Bro, ¿Como estás? —le da un apretón de manos a Diego y termina el saludo con un abrazo, luego su mirada se dirige hacia mí
—¿Mariee?—me dedica una sonrisa con algo de sorpresa
—Si, soy yo—respondí dándole un abrazo
—El me regresa el abrazo— No te he visto desde que te internaron en...
—Carlos lo interrumpe—¿Donde esta Sergio?, Quiero verlo —suelta una risa nerviosa y aunque Carlos desvío el tema, Santiago no deja de mirarme
—Están adentro, vamos...—responde desconcertado, el no sabe que no me gusta hablar de mí pasado.
Después de saludarnos entre todos, Carlos y sus primos comenzaron a hablar de sus negocios, pero Santiago no me quitaba la mirada de encima, como si fuera una cosa rara.
Me aburrí de escucharlos y salí al jardín, decidí marcarle a Sebas, los últimos días de programa nos hemos llevado bastante bien, ya no es incómodo como antes.
—hola?
extrañaba su hermosa voz—Sebas, ¿Estás ocupado?
—Si
Ya me acostumbré a sus respuestas cortantes