El regalo de Lacy (Lemcy) (One Shot)

El Regalo de Lacy.

Descargo de responsabilidad: The Loud House no me pertenece.

Casa de Lynn Loud Jr (Vereda del Frente) 6:45 AM.

Lynn Loud Jr, una mujer que aparentaba unos veintitantos años (A pesar de sus treinta), pelo castaño oscuro, con sostén deportivo, shorts y Zapatillas deportivas (Marca Leni Loud) entraba a su casa después de haber trotado. A su hermano y padre de sus hijas "Lincoln John Loud" (Lincoln Guerrero/Deportista) No le había correspondido dormir en su casa la noche anterior, si no que durmió en casa de su hermana Lucy (Madre de Lupa Loud). Abrió la puerta de su casa, esperaba tener que despertar a sus hijas, ya que se levantaba a las 4:00 para entrenar. Al ser sábado no las levantaría a las 6:00 de la mañana (Si no a las 7:00), ya que también tenía conciencia sobre la importancia de las horas de sueño en un niño. Giró la llave despacio y abrió la puerta de su casa para notar un olor a quemado en el aire, lo que solo significaba una cosa, su hija Lacy ya se había levantado y estaría preparándose el desayuno para ella misma y sus hermanas (Rogaba porque no le ofreciera un bocadillo o algo así). Uno de los cambios más importantes en su vida fue el dejar de ser tan impulsiva y competitiva, al menos en su ambiente familiar, ya que en su carrera de bateadora de los Detroit Tigers y capitana de los Red Wings era la misma Lynn que conocimos a sus 13 años. Su cambio de actitud la hizo muy dulce con sus hijas, Lynn III, Fátima (Quien no era biológicamente suya, pero sí se había encargado de criarla) y por último, pero no menos importante, Lacy Loud; la que una vez más demostraba su falta de dotes culinarios (Cosa en la que también contrastaba con su madre). Trató de caminar lentamente por el pasillo para no ser detectada por su hija, más, no contaba con una roca mascota (Sepa ASF porqué estaba ahí cuando debía estar en el cuarto que su dueña). Lynn Loud lanzó un grito tan fuerte y desesperado, que ni siquiera el más rudo de sus rivales había escuchado. —¡Maldita roca! ¡¿Por qué Lacy te deja tirada donde sea?! — Se cubrió la boca después de ello, esperaba que la número 2 no hubiera escuchado, pero sabía que ese utópico deseo sería imposible, estaba consciente de que su hija ya la había escuchado.

—¿Mami? ¿Eres tú? — Se escuchó desde la cocina.

La Deportista estaba desesperada, no sabía si llegaría a su habitación para sacar su ropa de cambio y poder tomar una ducha (Evitando así algún ofrecimiento alimenticio de su hija), pero aún le quedaba una táctica desesperada, se echó a correr a la velocidad del rayo a su habitación, sacó otros shorts deportivos de un cajón, se apresuró a tomar un sostén con unas bragas sacadas al azar, calcetines, zapatillas y su camiseta de la suerte casual (Que llevaba para darle suerte en casa). Corrió hacia el baño sin decir una palabra para poder cerrar la puerta. Una vez dentro del baño, se desnudó rápidamente y se metió en la ducha para hacerle pensar a su hija que ya había empezado a bañarse cuando ella le habló, por lo que pudo perfectamente no haberla escuchado (La excusa perfecta). Ahora solo tenía que pensar cómo evitar cualquier ofrecimiento al salir. —John ¿Dónde estás cuando te necesito? — Lo único que se le ocurría era lo que le gustaría que su albino de organismo invencible estuviera ahí para "sacrificarse" una vez más por ella. Siempre que su hija se disponía a cocinar, se comía todo culpando a su propia torpeza, aprovechando su resistencia a los venenos (Desarrollada después de comer cualquier cosa en sus entrenamientos de terreno en la escuela militar). Pero no había nada que hacer, al salir de la ducha, después de secar su cabello y vestirse, aún no tenía un plan. Así que lo único que le quedaba era ir a la cocina, sentarse a esperar que la comida no la matara y mostrarle su mejor sonrisa a su pequeña porrista de fuerza sobrehumana, el esfuerzo es algo que se aprecia bastante. Estaba entrando en la cocina cuando ocurrió lo que no esperaba.