Annette • SnK

39. "Me quemo"

Anna Lewylle había elegido el peor momento para aparecer en mis pensamientos, haciéndome preguntar inevitablemente que haría ella en mí lugar.

No paraba de divagar. Me sentía bajo demasiada presión,y no paraba de preguntarme a mí misma que haría mí propia madre en mí lugar. Lo sentía realmente irónico, siempre le dije que no la necesitaba,que yo podía cuidarme sola de los peligros del mundo (en otras palabras,claro). Era mentira,claro, porque nadie puede protegerse solo del paso del tiempo y de las malas cosas.

Mí madre seguramente hablaría con Keith Shadis. Y quizá Levi y yo hablaríamos con Erwin. Él era nuestra persona... creo. Él nos dió una oportunidad cuando nadie creía en nosotros, cuando nadie apostaba un centavo.

De todas formas,por mucho que lo deseara, él no estaba aquí. Y solo quedaba una persona en la que podía confiar: Hanji Zoe.

No lo pensé más, y decidí hablarlo directamente, confirmar las sospechas que Armin tenía hace tiempo,pero que para nada nadie creía. O se rehusaban a creer,porque la idea de que una persona a la que crees conocer a fondo sea el asesino de un muro casi completo no cuadraba en la cabeza de nadie.

Nunca llegas a conocer a los demás, nunca sabes qué es lo que va a pasar. A veces ni siquiera te conoces a ti mismo para empezar,¿cómo adivinarías lo que iba a pasar?.

Cuando subimos a la muralla,el aire era denso,pesado, y me dió de lleno en la cara. Parecía que hasta iba a llover,por la cantidad de humedad.
Me desaté el cabello, la bandita elástica se enredaba en todo el pelo y me lastimaba el cuero cabelludo. Era realmente difícil conseguir ligas para el cabello que sean resistentes.

- Hanji- llamé,antes de que se alejara con Moblit- ¿Podemos hablar?

Ella asintió, algo desganada, indicándole a Moblit que nos dejara un momento a solas. Hanji quería comenzar a alejarse,pero yo permanecí en mí lugar. No quería perder de vista ni a Reiner ni a Berthold, quiénes se acercaban peligrosamente a Eren.

- ¿Quieres que sea completamente directa o más diplomática?- pregunté,asumiendo que teníamos la suficiente confianza como para hablarnos de esta forma. Ella sonrió levemente.

Hanji había permanecido con el paso del tiempo. Desde mí primera expedición, mí primer caballo, mí entrega de la capa, mí nombramiento ante el título de capitana. No era precisamente el momento, y me costaba admitirlo en voz alta, pero quería a Hanji Zoe; aquél tipo de persona que siempre está allí. Y nunca se lo había agradecido. Solía estar bastante loca, y no entendía la mitad de cosas que decía. Pero siempre tenía razón.

- No veo la diferencia si se viene de ti, huracán- dijo, con un deje de gracia pero con rostro serio. Claro que no me reí, aunque hubiese querido- Sé parcialmente directa.

- Tenemos traidores en la tropa-murmuré, viendo a Eren hablar con aquellas dos personas, sintiendo ganas de vomitar. Fuertes revoltijos en el estómago- Armin tenía razón. Siempre la tuvo.

Ella frunció el ceño, mirándome con la cabeza levemente inclinada. Cómo si estuviera diciendo una incoherencia, que poco a poco con el pasar de los minutos comenzaba a comprender,porque sus ojos se abrieron un poco más de no normal y sus tupidas cejas se alzaron.
Mí mirada de preocupación chocó inmediatamente con la de Reiner Braun,y un escalofrío me recorrió la espina al notar que el de cabellos rubios se había quitado la venda del brazo.

Era demasiado tarde.

Fue una especie de cámara lenta, dónde el tiempo tenía la función de detenerse unos segundos. Bueno, no detenerse. ¿O si? No lo sabía.
Los chispazos habían comenzado a brotar de ambos cuerpos, como rayos que irradiaban una inmensa cantidad de energía. Sentía calor,y por mí cabeza pasó la leve idea de echarme toda el agua de la cantimplora en la cara: para quitar el sudor y para despertar.