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Al día siguiente de la última reunión que tenían en Estados Unidos, todos los representantes volvieron a sus países, Buenos casi todos pues Julio tenía previsto ir a Chile, ante el asombro de todos.

Cuando llegaron, el doctor Felipe llamó a su paciente para realizar un control de que todo seguía en orden, pues si estaba al tanto de su viaje, y le pidió que fuera con su contacto de emergencia, ambos fueron después de dejar sus cosas en el departamento.

- Felicidades, Julio - Dijo el doctor después de revisarlo - Ya te encuentras muy bien, creo que ya puedes volver a tu país.

- ¿De verdad? - Ambos se sorprendieron, que rápida había resultado su recuperación.

- Sí, pero con una condición - Ambos escucharon atentamente - Vas a tener que estar acompañado hasta que yo vea que no te pasará nada en un futuro.

- Oh - Dijo Julio.

- ¿Y usted quiere que yo vaya con él cierto? - Trató de adivinar Manuel.

- Precisamente, Manuel - Se sentó en su escritorio después de guardar sus papeles - No es buena idea dejar a Julio con cualquier persona o enfermera, tu lo has acompañado durante todo este tiempo así que estoy seguro que sabes como tratar con él.

- Sí, pero... - No sabía muy bien como negarse a aquello - Yo no puedo dejar el país, tengo que trabajar aquí.

Julio lo miro mal, él se había quedado y trabajo desde Chile, ¿como no iba a poder hacer él lo mismo desde Bolivia?

- Les dejaré pensar en mi propuesta, y cuando estén seguros me llaman - Se paró y se acercó a la puerta - Ya pueden retirarse, eso es todo.

Ambos se retiraron del hospital, el camino a la casa de Manuel fue silencioso pues la propuesta del doctor le era muy tentadora para Julio.

Ya en el lugar, el dueño de casa se puso a cocinar mientras el boliviano entraba a una reunión por zoom de emergencia.

- ¡Que no! - Se escucho la protesta de Julio - ¡No van a hacer eso, y no lograra- - Lo dejaron con la palabra en la boca pues lo habían sacado de la reunión - ¡Agh! Carajos de mierda - Los insulto.

- ¿Quieres hablar de eso? - Le preguntó Manuel.

- No - Respondió con la mirada perdida - Bueno, tal vez.

- Entonces ven a almorzar.

Julio dejó la computadora y fue a la cocina, estaba seguro que la comida le ayudaría a calmarse un poco.

- Manuel, necesito volver - Soltó mientras comían.

- No puedo ir contigo, tengo que quedarme a trabajar.

- ¿Y crees que yo no necesito estar trabajando en mi país? - Se molestó un poco.

- Es muy diferente.

- ¿En qué, Manuel? - Lo encaró - Tal vez las situaciones de nuestros países sean diferentes, pero eso no quita el hecho de que cada uno tenga que estar en su país respectivo por igual; y mira, yo estoy aquí desde hace un mes, trabajando desde tu casa.

- Julio, no puedo abandonar a mi patria.

- No te pido que la abandones, te pido que me acompañes un tiempo, de ahí volvemos a Chile y ya veremos que dice el doctor - Presentó una solución al conflicto - Por favor, te lo pido, necesito volver antes de que hagan una burrada allá.

- Mmm - No estaba convencido para nada - ¿Y cuánto tiempo nos quedaríamos allá?

- No mucho, tal vez un mes como máximo - Estaba más tranquilo al saber que podían llegar aún acuerdo.

Chi/Bol Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora