something about us (JAEYONG)

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"Te necesito más que a nada en mi vida,

Te quiero más que a nada en mi vida,

Te extrañaré más que a nadie en mi vida,

Te amo más que a nadie en mi vida."

(Daft Punk, Something about us).

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Taeyong observaba con detenimiento y devoción al pequeño ser que tenía en frente, en lo único que pensaba era en lo bello que era.

—Es hermoso— musitó mientras acariciaba la pequeña mano del infante que se encontraba prendido al pezón de su progenitor.

—Hermoso le queda pequeño— acotaron suavemente a su lado.

—Lo van a gastar de tanto verlo— Taeyong alzó levemente su mirada hacia el padre de la criatura que se encontraba acostado en la cama de la pequeña habitación, podía notar desde donde estaba la leve capa de sudor que recorría el rostro de Jungwoo y la pequeña sonrisa que tenía en sus labios mientras observaba a su hijo alimentarse.

—Les quedó muy lindo a Yukhei y a ti, deben hacer más— el pelirrubio al escuchar al chico a su lado lo empujó levemente antes de lanzar una pequeña carcajada.

—No creo, con uno estamos bien— sonrío un poco avergonzado el castaño al mismo tiempo que acomodaba mejor a su hijo entre sus brazos.

—Es una lástima que no haya podido llegar a tiempo— dijo Taeyong acariciando suavemente la pequeña cabeza del niño.

—No se lamente por eso, alteza; él está haciendo su trabajo.

—Jungwoo ¿qué hemos hablado de que me digas alteza? — el chico bajó un poco la mirada al tiempo que se sonrojaba.

El príncipe apreciaba profundamente a Jungwoo y a Ten, eran sus mejores amigos y las personas con las que creció, pero había momentos en los que su posición como monarca hacía que sus amigos le veneraran como si fuera una especie de dios.

Aun cuando les había dicho que eso no era necesario y que le disgustaba ese tipo de formalidades, habían ocasiones en que lo olvidaban y se dirigían a él de la misma manera que se dirigían todas las personas a su familia.

—Bueno Señor no me llamen alteza ¿sabes qué hora es?— le preguntó Ten mirándolo con una ceja alzada y sus manos en su cintura.

—Hora de mimar a Jaemin y a Jungwoo mientras llega Yukhei— respondió mientras se paraba y tomaba el paño que estaba en un recipiente al lateral de la cama para luego pasarlo con suavidad por el rostro de su amigo. 

Taeyong sabía perfectamente que debería estar en la sala central del palacio para la celebración del compromiso de su hermana pero prefería quedarse admirando al hijo de su querido servidor que ir a sonreírle a un montón de gente que sólo por tener poder económico y social lo trataban con hipocresía con la finalidad de obtener beneficios de parte del reino de sus padres. 

Aunque sí lo pensaba mejor, tal vez si tenía una gran razón que lo motivaba a ir.

Ten bufó con molestia mientras se sentaba cerca del bebé haciendo que casi de inmediato su disgusto desapareciera y su rostro se tornara un poco más suave a la vez que acomodaba los pocos cabellos que tenía el niño en su pequeña cabecita.

El príncipe sonrío levemente mientras continuaba consintiendo a Jungwoo secando su sudor y acariciando su cabello con sus dedos, podía sentir como el castaño suspiraba de satisfacción y al mismo tiempo peleaba con el cansancio negándose a ceder ante el sueño.