Prólogo
En una casa común, grande de dos pisos, con paredes blancas y techo cobrizo, muy sencilla la verdad.
A unos cuanto pasos de la reja que rodea la casa, bajando de un lamborghini aventador azul, se encuentra un hombre alto, atractivo, de cabellera castañas que era desordenada por la brisa marítima, ojos de un color verde-pasto tapados por unas gafas ray ban, una cara con rasgos masculinos bien definidos dejando en claro la madures que poseía y un cuerpo musculoso a pesar de no ser visto gracias al traje formal que traía puesto. Todo en él desprendía un aire indiferente y un carácter frío, esto no pasaba en alto para la gente que pasaba por ahí, toda presencia femenina volteaba a ver al hombre, preguntándose que hace un hombre de esa belleza en un lugar modesto.
Al bajar de su auto, se detiene frente a la casa, examinándola, indiferente a las miradas femeninas. Y se impresiona, pero no lo expresa. Se podría decir que un poco confundido, al parecer no esperaba un lugar así.
El olor a mar llenaba las fosas nasales del castaño. Se quedo quieto, sin quitarse aún sus ray ban sobre los ojos, miro de nuevo el post-it que su amigo le había dado con la dirección, creyendo estar equivocado, esa casa no era una veraniega como había imaginado, era una casa normal, familiar, la típica casa americana con jardín de entrada.
Frunció el ceño, no muy seguro de avanzar, pero avanzo con una batalla en su interior.
"¿Como fue que termine aquí?" Es la pregunta que se hacía en su mente mientras atravesaba el extenso jardín lleno de juguetes infantiles, mirando con desconcierto esos objetos que para cualquier niño los miraría con asombro.
"¿Se habrá casado? No, el dijo que no. ¿Tuvo un hijo con alguien más? Eso podría ser una posibilidad. ¿Seguirá siendo la misma? Sería imposible, 5 años es mucho tiempo. ¿Me habrá olvidado? No se" esa era su conversación consigo mismo, mientras llegaba a la entrada.
Quedo estático frente a aquella blanca puerta de madera, con el corazón latiendo fuertemente en el pecho. "¿Aún estoy a tiempo de ir me?" No tenia porque estar allí..., habían pasado cinco años...ya no tenía ningún sentido remover el pasado, pero necesitaba saber si estaba bien, pedirle perdón, o tal vez..., levanto la mano y llamo a la puerta, tal vez solo era un excusa para volver a verla.
Contuvo el aliento al ver que el pomo dorado de la puerta se giraba.
Sus ojos no podían creer lo que veían, era ella, era...
Y por un momento todo era perfecto.
ESTÁS LEYENDO
Déjame intentar || Jack Harries y tu ||
RomanceUn error hace que ___ deje atrás todo lo que alguna vez a había creído un cuento de hadas. Jack solo quiere volver a verla y pedirle perdón. El tiempo pasa y las heridas sanan. Pero los recuerdos más dolorosos son los más difíciles de olvidar. Sol...