Su hermano mayor cambió la religión impuesta por su papa, la cual era católica, él no la sentía propia, porque era algo que le obligaron a creer, y al no estar de acuerdo con la misma, empezó a asistir a una iglesia cristiana, aprendió muchas cosas, cambió su forma de ver el mundo, cambió su yo espiritual; trató de volverse una mejor persona, se armaron líos en su casa; su padre no estaba de acuerdo. Decía que se había dejado lavar el cerebro y quien sabe que cosas más; nuestra pequeña veía en su hermano mayor un padre un ejemplo a seguir, y con el visto bueno de su madre empezó a asistir con su hermano a la iglesia, ella encontró más gente, nuevos amigos y eso le encantaba. Por primera vez en su vida no era rechazada en un grupo de niños.
A pesar de todo ella veía que la vida era hermosa, que había la pena algo por el cual luchar y salir adelante; pero como todo lo bueno no dura. Su padre seguía emborrachándose, no ayudando con nada en la casa. Su mama siendo víctima de cada vez menos golpes; sus hermanos sacaron las garras para que no la golpeara, pero aun así él se creía el amo y señor del mundo, sin tener un centavo en el bolsillo. O eso decía él.
El tiempo no se detiene, y eso es lo que vemos todos los días. Nuestra niña, cada día más grande con más razonamiento, pero aun así era muy pura, inocente. Un día tuvo un regaño injustificado por parte de su mamá, Evangeline sintió como que ella se estaba desquitando de lo que vivía a nivel laboral y en la relación con su papá. Esta situación la llevó a estar al borde de la muerte, comiendo frutas se le ocurrió quitarse la vida, sabía que el mundo sería mejor sin ella que su nacimiento solo fue por un descuido de sus padres, así que como la fruta que comía tenía semillas grandes, se puso una en la garganta, la cual la empujo al fondo, le impedía respirar; debió ser el fin, muchas veces a lo largo de su vida lo deseó con toda su alma, y al fin tenía la valentía de hacerlo; pero el destino fue caprichoso y no dejó que así fuera; ella veía todo negro, estaba perdiendo el conocimiento, al caer al suelo lo que le obstruía la garganta salió, dejándole solo la sensación de porque, porque el destino no la dejó morir y eso era lo que quería. Ella quedo tosiendo en el piso, estaba en el colegio con personas pasando a su alrededor, pero a nadie le importó; llegado a su casa, le comentó a su familia, pensó que así les haría conscientes que ella necesitaba cariño; pero no les importó, lo tomaron como si solo les contase que se cayó, ni siquiera le preguntaron si estaba bien ni nada, así que ella entendió a sus 9 años por centésima vez que si era un estorbo en su familia.
Pasando los días toda su experiencia cercana a la muerte estaba viva en su memoria, pero uno de sus su hermano que ya rondaba los 19 siempre le dijo la verdad, la verdad que ella vivía; le decía siempre que ella era una recogida, adoptada que nada más viera que en solo apariencia no era igual a ellos, entre otras cosas, y a pesar de que ella era una niña muy hermosa no solo en su exterior sino también su alma, empezó a tener problemas de autoestima, se creía menos que nadie, cuestionándose porqué nació, ya no podía ver a los ojos a los demás. Que debió morir, pero aun así siempre mostrando al mudo que todo estaba bien, si nadie sabía que le afectaba, nadie le podría herir más.
Tú la veías en la calle, la veías linda, una chica callada, tímida pero aun así con un aura tierna, esto era porque ella no quería que la vieran débil, aprendió a si corta edad que este mundo es despiadado y más cuando demuestras tus debilidades, muchos la tacharon de engreída, ya que no hablaba con casi nadie; pero en verdad ella no quería ser una piedra en el camino, ya tenía suficiente con no poder irse de su casa. Su hermano mayor se fue de la casa porque se casó y se fue de la ciudad. Con él se llevó una parte que no volvió, el otro hacía años que no estaba en su vida así que de sus hermanos solo tenía a quien siempre le odio quien un día el saco de su casa, diciéndole cosas feas y ella desesperada salió a buscar a su madre y al encontrarla solo la regaño por ser tan ingenua, le quitó importancia a su dolor. Una tarde él también se fue de su casa, a vivir donde un familiar, pero ese dolor que ella sentía no se iba, porque no había sido su única oportunidad de humillarle; no solo el, también desde su nacimiento su padre. Había una pequeña esperanza, ella quería amor materno, un abrazo que le hiciera olvidar el pasado, pero nunca llegó.
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Dentro de mí
Non-FictionAlguna vez has pensado que pasa por la mente de una persona con depresión? No todas las veces una persona se deprime por cosas grandes No todos tienen las mismas ganas de vivir No todos superan los obstáculos de la vida Porque no somos iguales; aunq...