Primera Estación

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Los bruscos movimientos hacían que la cabeza de aquella mujer chocara contra la ventana, y los fuertes ruidos que provenían de los motores taladraban en su mente. Poco a poco fue despertando, abriendo los ojos un poco mareada; sintió por un momento muchas náuseas y ganas de vomitar, pero controló el impulso de devolver su comida, al menos por un instante. Parpadeando fuertemente trataba de adaptarse a la oscuridad en la que estaba sumergida. No podía verse ni sus propias manos. Aquello parecía una “boca de lobo”.

Sintió en su hombro un bulto, movió su mano para alcanzar a figurar de qué se trataba. Sintió una nariz, bajó a los labios. Era una mujer. Era “esa” mujer.

Al mover su mano por el rostro de la chica que estaba semi recostada en su hombro, sintió su cálida respiración, sus labios un poco húmedos al igual que sus ojos. Pareciera que la joven había estado llorando hace unos pocos minutos. La piel era suave, a la cegada mujer le recordó al delicado rose de la seda.                                                                                                                    Después de algunos momentos, la cabeza de su acompañante comenzó a moverse, y entonces empezó a murmurar. Ella también estaba despertando.

-S-Sunset. - Dijo la mujer algo confundida, mientras palpaba a la persona a un lado de ella.

-Aquí estoy, Trixie. Tranquila, cariño. – La otra joven llamaba su nombre tan delicadamente, que por un momento la tranquilizó.

-¿Dónde estamos? – Decía mientras se enderezaba en su asiento.

-No lo sé. Lo último que recuerdo es que subimos al metro, y ahora esto. Es extraño como no hay ninguna luz.

-Sunset… - La chica llamaba a su “amiga”.

-¿Qué pasa?

-Yo…

Justamente en el momento en que estaba por terminar la frase, otro sonido llamó la atención de las dos mujeres. Otra voz, al final del vagón del metro en donde se encontraban. Una voz algo ronca, pero al fin de cuentas, era otra chica.

-¿En dónde diablos estoy? ¿Hola? ¿Hola?

-Hola – decía Sunset, con la voz algo elevada - ¿quién eres?

-¿Quién soy yo? ¿Quién eres tú? ¿Por qué está tan oscuro este maldito lugar?

-Podrías callarte… - de nuevo una voz femenina. Esta era mucho más delicada que la anterior, pero tenía cierto tono autoritario.

-¿Twilight? – preguntaba con asombro la mujer que acababa de despertar.

-Sí, Rainbow, soy yo.

-¿Dónde está Starlight?

-Aquí…- otra voz llenaba el oscuro vacío en el que navegaba el vagón, como si se tratara de un mar inmenso. Esa idea puso muy ansiosa a Sunset, quien solo escuchaba las voces a la distancia.

-Hola – volvió a hablar – mi nombre es Sunset Shimmer, el nombre de mi no… amiga, es Trixie, ¿podrían decirme sus nombres?

-Mi nombres es Rainbow Dash, mis amigas son Twilight y Starlight – Sunset no podía ver a su nueva compañera, pero imaginaba a la mujer apuntando con su dedo a sus compañeras, en medio de la oscuridad.

-H-hola… - una temerosa voz llamaba desde enfrente de donde se encontraban Trixie y Sunset.

-Hola… ¿estás bien? ¿puedes hablar? -  esta vez, Trixie era la que preguntaba.

-S-sí

-¿Cuál es tu nombre? – preguntó bruscamente Sunset , provocando que Trixie le diera un fuerte codazo en el vientre, lo cual hizo que sus ganas de vomitar volvieran. Tenía el estómago revuelto y ahora un dolor en el abdomen. Pudo reponerse de nuevo, pero no sabía por cuanto tiempo soportaría estar aguantando las ganas de devolver todo lo que había comido.

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