Flor del Desierto

Capítulo XIV

-¿Qué hiciste queeeeeeee? ¿Acaso el golpe te afecto la cabeza? ¿Con el entierro de arena te explotaron las neuronas? ¿Frente, que demonios te pasa? Pensé que esperabas por este momento... Explícame porque realmente no entiendo, en serio no te entiendo. –Después de la partida de Gaara, Ino había regresado a la habitación de la sucesora de la Godaime Hokage, esta vez con toda la calma, mesura y prudencia que le hicieron falta antes. Sin embargo toda esa discreción se había ido en el preciso instante en que le contó lo sucedido. Ino había empezado a gritar y aunque sabía que debía controlar a su amiga y pedirle que bajara la voz lograba entender un poco la reacción de la manipuladora de mentes, seguramente cualquiera al que le contara lo sucedido en esa habitación reaccionaria igual. Bueno no cualquiera, Shikamaru por lo menos no estaría armando un escándalo, tampoco se imaginaba a Kakashi en semejante estado de alteración, tal vez después de todo si era un poco exagerada la reacción de la rubia. –Frente... Me escuchas... Frente de marquesina te estoy hablando... Maldita sea Sakura, reacciona. –La rubia había perdido la poca compostura que le quedaba y esta vez la zarandeaba.

-Basta Ino, claro que te escucho. Te aseguro que medio Suna puede escucharte. Podrías por favor dejar de gritar, creo que a los vigías de las murallas no les interesa mucho saber de mi vida privada. –Le reprendió la médico.

-Por Kami Sakura. Como demonios quieres que me calme. Dime ¿Acaso enloqueciste? No entiendo nada. –Esta vez había usado un tono de voz moderado pero que dejaba notar la molestia y el desconcierto, lo cual era completamente entendible. La situación por fin había dado el giro que tanto había esperado, porque Ino sintiéndose como una hermana de la pelirosa, había deseado con todas sus fuerzas que por fin el Kazekage decidiera formalizar la relación y ahora cuando por fin sucedía su amiga simplemente alegaba que no sabía que responder. Si Sakura que era la única que podía dar una explicación lógica no articulaba palabra alguna que esperaba ella que hiciera, por supuesto que perdería la compostura.

-Ino... No espero que lo entiendas, yo misma no lo comprendo bien. Solo sé que Gaara me pidió completa sinceridad. Yo... –Tomo aire, las palabras no venían a ella, no era capaz de explicar lo que sucedió después de la declaración de Gaara. Todo se quedó en un atormentante silencio. La sorpresa la había invadido, todo esperó menos que el pelirrojo le pidiera matrimonio. Sus labios se movieron solos, sin detenerse a pensar, la respuesta salió de forma inconsciente... No. Solo esa palabra y todo lo que vino después fue en cámara lenta. La mirada de dolor de Gaara ante su rechazo, su corazón partiéndose ante el sufrimiento y la decepción que irradiaba él. Sintió como este soltaba su mano y como instinto de supervivencia se aferró con todas su fuerzas a su brazo. Levanto la mirada y con lágrimas en sus ojos le dijo. Te amo. Sin embargo esto no fue suficiente para Gaara, el daño estaba hecho. El simplemente se soltó de su agarre y salió de su habitación, antes de cerrar la puerta le dijo. "Espero pueda descansar Haruno-san. Una comisión estará esperando a su mejora para escoltarla de regreso a Konoha". –Ino yo... No sé si estoy preparada, no sé si ambos lo estemos. No quiero que gente inocente pague por un error nuestro, por precipitarnos. Él es el Kazekage de Sunagakure, todos en esta aldea tienen puestas sus esperanzas en él. Solo hace falta un simple error, la más mínima equivocación y Gaara se verá directamente afectado, Sunagakure se verá afectada. Puedo entrar a quirófano y pelear contra la muerte, puedo sanar heridas que otros considerarían incurables pero no sé si puedo llevar la responsabilidad de proveer alimentos, vestimenta, educación y vivienda para toda esta gente. No sé si podré representar correctamente a Gaara. Tengo miedo a equivocarme, me da pánico pensar que algo como lo sucedido pueda repetirse y no se pueda ocultar. Cuanto podría dañar su imagen. Gaara se ha esforzado todos estos años, lo he visto pasar noches enteras sin dormir, sé que se esmera por repartir los pocos recursos de Suna de manera efectiva y he visto su desesperación al comprobar que aun con todos sus esfuerzos la situación no mejora. Soy consciente de que muchas personas creen que Gaara tiene riquezas, que absurdo, si tan solo supieran que muchas veces esta sin un Ryō. Si supieran que no ha podido invitarme una cena fuera de casa en meses porque su sueldo como Kage lo está utilizando para proveer de implementos necesarios a la academia ninja. Los detractores de su mandato creen que el Daimio nos envía riquezas y que estas son acaparadas por los altos mandos de la aldea. Gaara como la cara visible de estos altos mandos es quien carga con la culpa. Hasta el momento mi presencia en este lugar no le ha traído más que discusiones con el concejo...