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Harry está muy nervioso.

Después de que aceptó la invitación de Niall, llegó a su casa y con los ojos llorosos le contó a su mamá y hermana sobre su plan para el viernes.

Ambas lo tiraron a un apretado y reconfortante abrazo mientras le susurraba lo feliz que estaban por su decisión.

Ahora, a solamente dos días del baile, se encuentra en su casa, come todo lo que encuentra en la alacena cada vez que un pensamiento sobre el baile se le cruza por la cabeza.

Una parte de él quiere hablar con Niall para explicarle cómo se siente y rechazar la invitación, pero definitivamente no quiere herir los sentimientos de su amigo.

Esta es la quinta vez que baja a la cocina por algo para comer, su madre entra a la cocina desde el sofá y cuando lo ve salir lo llama con una mano mientras que con la otra da palmaditas al sofá para que se siente a un lado de ella.

Harry hace lo que su madre le ordena y se acurruca a un lado de ella. "¿Qué es lo que te tiene tan nervioso, mi niño?" le pregunta Anne mientras acaricia los despeinados rizos de Harry.

"El baile" contestó Harry con su cara escondida en el cuello de su mamá. "No va a pasar nada, amor. Ya verás que serás uno de los más hermosos, tal vez te nombren rey del baile". Anne responde mientras le da un pequeño golpe con el codo a forma de juego.

Harry forma una pequeña sonrisa en sus labios, pero esta se esfuma cuando escucha una voz familiar decir "¿Rey? Por favor Anne, no me hagas reír. ¿Cómo lo van a nombrar rey del baile si es un omega nada agradable para la vista? ¡Sólo míralo! ¡Es gordo! Ningún alfa quiere un omega así".

Esa voz es de una de las personas que hicieron que desde los 7 años comenzará con sus problemas de autoestima. Su abuela.

Durante ese tiempo la situación económica en su hogar obligó a su madre a comenzar a trabajar, dejándolos a su hermana y a él al cuidado de su abuela. Su abuela pasaba a recogerlos después de la escuela y los cuidaba toda la tarde.

Cuando Gemma subía a su habitación a dormir una siesta su abuela comenzaba con sus burlas, llamándolo gordo, inútil y más cosas, incluso siempre queriendo lo hacer menos que sus primos y hermana.

Cuando sus padres se enteraron de todo eso decidieron ponerle un alto, pero nunca dejaron de visitarla o que ella fuera a visitarlos. Eso sí, nunca lo dejan solo con ella o intentan detenerla cuando comienza con ese tipo de comentarios, justo como ahora.

"Suegra, si va a seguir con sus desagradables comentarios le pido que se vaya de mi casa". Anne hizo el mayor esfuerzo posible por sonar calmada, pero por dentro estaba que explotaba del coraje. Nadie se mete con sus cachorros.

Su abuela se levanta molesta del sofá y sale por la puerta mientras refunfuña algunas cosas que no logran comprender.

Anne le da un fuerte abrazo y deposita un beso sobre su frente. "No le hagas caso bebé, eres hermoso. Suerte va a tener el alfa que elijas como tu pareja". Dice su mamá mientras lo toma por las mejillas y limpia las lágrimas que salen de sus ojos.

"¿Crees que algún día encuentre a mi pareja destinada? ¿Alguien a quien no le importe mi peso?" murmura Harry con la voz un poco rota. "¡Claro que sí amor! Los sentimientos son lo más importante en el amor verdadero". Anne le da una sonrisa y deposita un beso en cada una de sus mejillas.

"Sabes, aún no me dices que es lo que vas a usar para el baile, así que supongo que no tienes nada que ponerte, ¿Qué tal si vamos de compras? Tengo algo de dinero ahorrado".

Harry le da una pequeña sonrisa y trata de negar con la cabeza pero su mamá ya está poniéndose sus zapatos y diciéndole que se apure porque tienen que volver a casa antes de la cena.

Definitivamente ama a su madre. Sus padres, hermana y Niall son lo que le motivan a seguir adelante y nunca rendirse.

I'll be the queen in tearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora