Viernes, 26 de Marzo
Desde luego que fui la última en llegar a la plaza de la universidad. Es que a ver, ¿yo sería yo si un día le doy mi atención a un reloj? Obviamente no. Es más, soy tan irresponsable en ese sentido que, ni siquiera fui puntual con mi nacimiento. Literalmente los médicos estaban preocupados porque me había pasado de la fecha y debido a ello, tuvieron que realizarle una cesárea a mi mamá.
Eso explica mi despreocupación hacia los relojes dado que, yo no soy impuntual porque quiera. Si no, porque nací así y no es mi culpa, es mi naturaleza y ya.
Básicamente la relación que tengo con los números de los relojes, pues no es la más estrecha y por ende, cuando mis amigos me invitaron a pasar la tarde con ellos en la plaza, bueno digamos que llegué unas cuantas horas después de lo planeado.
-Es que ni siquiera teniendo una alarma enorme que te indique la hora, tú llegarías a tiempo a un lugar - me saluda Sammy dándome su clásico reproche cómo bienvenida.
En respuesta, le doy un molesto abrazo provocando que la rubia bufe resignada - Sabes que puntual o no, así me quieres - hago una pausa para alejarme un poco y sonreírle abiertamente - Atrévete a decir que no, para que veas lo que te puede suceder.
Con mi broma hago que Sammy se relaje un poco, pero no sin antes rodar sus ojos para luego unirse a mi abrazo de oso.
¡Sabía que la rubia me quería! ¡Lo sabía, maldición!
-¿Pueden separarse? Ambas tienen camisetas de tiritas y eso no les ayuda en nada - inquiere Jacob por primera vez haciendo que ambas volteemos hacia donde están los ellos recostados.
-¿Y qué hay con eso? - preguntamos las dos al mismo tiempo, pero haciendo caso omiso a su petición.
Los chicos se miran entre sí, como si fuesen niños encubriendo algún secreto - Que están apachurradas la una con la otra y básicamente, sus senos parecen que van a explotar.
-Es cómo que juntes dos donas rellenas de chocolate; si las apachurras en la misma bolsa, pues se les desborda lo de adentro - continúa Steve al ver nuestras caras de "no entendemos un carajo"
Si, señores. Estos son mis amigos, ¿qué les puedo decir?
Efectivamente, cuando bajo la mirada hacia mí escote (para nada sensual cabe destacar porque es solo una camiseta deportiva) noto lo mucho que resaltan mis senos muy provocativamente - también los de Sammy - y dado que estamos en la plaza de la universidad donde hay cientos de chicos, pues no es buena idea originar fantasías sexuales que nos involucren a las dos.
De inmediato, la rubia y yo nos alejamos como si una de las dos tuviera piojos; claro está, no sin antes reírnos de la situación. Luego nos recostamos junto a los chicos, para pasar lo que resta de la tarde.
-¿Me pueden explicar por qué quieren contratar a un sicario? - pregunté refiriéndome a lo que había escuchado justo en el momento en el que llegué.
-Samantha quiere que la persona que esté haciendo esos tweet sobre la universidad, deje de respirar así que, para evitar que la condenen a cadena perpetua por matar a alguien, decidimos buscar a uno.
-¡Joder, que no me llames así! - explota la rubia lanzándole a Steve un par de uvas.
-Pero sí así fue como te llamaron en el tweet - Jacob se excusa, provocando que nuestra amiga pase de su color pálido natural a uno rojo tómate.
-Espera, ¿publicaron algo de ti? - pregunto haciendo que los tres asienten en respuesta - ¿Qué dijeron? A ver, muéstrame.
Sin titubear, Sammy desbloquea su teléfono para que pueda leer el tweet.
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Selcouth ©
Teen FictionAlyssa Jones, animadora de la Universidad Estatal de Boston; popular, carismática y dulce. Ante todos la chica ideal que tiene un cuerpo de revista, sonrisa perfecta y personalidad encantadora. Creen conocerla, saber todo sobre ella, pero ¿realmente...