26.08.2011

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Mucho tiempo ha pasado,
desde que oí esa voz a mi lado.
Pequeños charcos de agua salada,
Duraron varias temporadas heladas.

Varios años presa me quedé,
junto con muñecos que nunca disfruté.
Un suelo, cuatro paredes, y un techo
no bastaron para levantarme con el pie derecho.

Siempre lloraba,
siempre soledad sufría,
siempre con la nada hablaba
y nunca salir podría.

El tiempo pasó
y pude salir,
y con ello sonreir,
aunque la tristeza resistió.

No por ello lo olvidé,
siempre lo recordé
aunque solo en unos recuerdos,
y de su voz ya no me acuerdo.

Siento el volver a la infancia
cuando su amor vuelvo a sentir,
incluso huelo aún su fragancia
que sigue haciéndome sonreír.

Ahora mismo nueve años han pasado,
lluvias, tormentas y tiempo soleado.
Y aún me sigo acordando,
de su presencia cuando por la montaña ando.

Pronto niña dejaré de ser
y pasaré a ser una mujer,
y aunque con el tiempo las arrugas vayan saliendo,
por él de ahora en adelante seguiré sonriendo.

Tendré mis altos y mis bajos
como humana que soy,
pero nunca caeré bajo,
porque alma fuerte soy.

Me esforzaré por mi futuro,
aunque para una mujer pueda ser duro,
pero siempre resistiré,
a gente, problemas y la sociedad aguantaré.

Y con esto concluyo,
que este poema va dedicado
al abuelo que siempre he amado.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

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