La Asesina De Capa Roja

Había una vez, una joven huérfana llamada Rowanne que resurgió de la muerte como todos en el pueblo de Heart. La joven era sumamente hermosa, pero toda esa belleza no superaba su destreza como cazadora. Y ella no cazaba animales como algunos hombres, no ella es una caza recompensas, la mejor en todo el reino de Heart. Su destreza con las armas la había llevado a enfrentarse desde humanos, hasta criaturas mágicas tan poderosas como los vampiros u hadas.

Con apenas dieciséis años Rowanne era famosa entre los bares del reino de Heart como la invencible caza recompensas. La única pelea que no pudo ganar fue contra los guerreros de Alba que venían muy bien equipados con brujos blancos. La redujeron como a todo el reino y la quemaron viva en la hoguera, como si fuera una ladrona. Pero la poderosa princesa Grimhilde la trajo de nuevo a la vida dando la suya. Siendo ella la mejor cazadora los reyes la llamaron para que ella busque a la bruja blanca más poderosa. Los reyes se ocuparían de traer el cuerpo de la princesa Grimhilde. Querían tener de vuelta a su hija y harían hasta lo imposible por traerla una vez más a la vida, así como ella los trajo de vuelta a todos.

– Rowanne escuche acerca de una poderosa bruja blanca que vive en el bosque, es una anciana y su poder es fuerte – comenta el cantinero a la joven cazadora que deja su licor para escuchar al hombre. – Dicen que ahora está enferma y quizá si tú vas con buenas intenciones puedas asesinarla – aquellas palabras hicieron sonreír a Rowanne que tiro dos monedas de oro en la barra.

– ¿Dónde se encuentra su casa? – pregunta la joven interesada en lo que le dice el cantinero.

– La bruja vive internada en medio del bosque su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos – responde el hombre que se gana otra moneda de oro por parte de Rowanne.

– Gracias por facilitarme el trabajo – comenta la joven huérfana colocándose su capucha roja. Aquella capucha que la acompañaba desde su primera cacería y la cual se dice se tiño de rojo por la sangre de sus víctimas.

En una canasta coloco un pastel y una botella de vino, vistiendo como una campesina y su capa roja emprendió rumbo a los lejanos bosques. Las brujas blancas detectan a las brujas negras cuando estas usan sus poderes por lo que Rowanne no usaba su poder para facilitarse el viaje. Camino durante todo el día y descanso por la noche bajo las estrellas, emprendiendo su camino al salir el sol. Hasta que se topó con un lobo en su camino, siendo ella una gran cazadora no tuvo miedo al lobo.

– Buenos días Caperucita roja – hablo el lobo mirando con sus ojos amarillos a la joven que seguía su camino tranquila.

– Buenos días lobo – responde la joven sintiendo ya la presencia de la bruja blanca.

– ¿A dónde vas tan temprano Caperucita roja? – la pregunta del lobo desconcentro a la joven que perdió la esencia de la bruja por un segundo.

– A casa de mi abuela – Rowanne acelera el paso intentando perder al lobo, pero este insiste en seguirle los pasos.

– ¿Y que llevas en esa canasta? – el lobo curioso cómo era sentía que la joven de capa roja escondía algo y como fiel protector de su territorio el lobo quería averiguar que escondía esa joven extraña.

– Pastel, vino y una daga para arrancarle el corazón a quien se meta en mi camino – las palabras de la joven no le agradaron para nada al lobo que se alejó.

Con el lobo lejos de su camino Rowanne se concentró en la búsqueda de la esencia de la bruja. Pero le estaba costando pues el bosque donde esta vivía también era el hogar de hadas, elfos, duendes y toda qué clase de criaturas mágicas. Fue entonces que tuvo que hacer memoria y recordar lo que dijo el cantinero.

– La bruja vive internada en medio del bosque su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos – con aquellas referencias Rowanne se guio dentro del bosque y llego hasta la casa de la anciana. Su sorpresa fue encontrar la puerta abierta y con su daga escondida en una de sus manos entro en la casa.