7. "Cuando dejes de ser una holgazana..."

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—¿Qué?

—Es ella, le van a quitar el soporte vital a Sakura.

Chaeyeon dejó de escuchar todos sonidos a su alrededor, siendo opacados por el palpitar de su corazón. En sus oídos, solamente podía distinguir aquellos tambores sofocando todos los ruidos de un hospital en funcionamiento en un día normal.

¿Sakura?

No podría ser SU Sakura, no había manera... ¿o sí?

Chaeyeon, como si su alma hubiese abandonado su cuerpo, perdiéndose en los confines de un mundo que definitivamente distinto al ahora, caminó de manera automática, casi robótica hacia aquella habitación.

Habitación 312.

En el momento en que Eunbi sintió el frío que dejó el vacío posterior al abrazo de Chaeyeon, supo que algo no andaba bien. Algo se le había escapado...

¿Por qué había reaccionado de aquella manera?

Y, sobre todo, ¿por qué estaba caminando de manera catatónica hacia la habitación de su mejor amiga? ¿Por qué no estaba respondiendo al llamado de Yujin, como si la bailarina no reconociera su propio nombre?

—Chaeyeon, espera... no puedes...

Chaeyeon abrió la puerta de aquella estancia hospitalaria, y lo que se reflejó en sus ojos, dejó su boca seca, y sus pulmones expulsaron casi en su totalidad el aire que almacenaban mediante un jadeo.

Cubrió su boca con ambas manos.

Dentro de esa blanca habitación, sobre esa cama, estaba la chica que se había convertido en toda razón de ser de Lee Chaeyeon.

Sobre esa cama, se encontraba Miyawaki Sakura.

Las blancas mantas colocadas sobre ella de manera tan delicada. Parecía como si la persona debajo de aquellas sábanas fuese a romperse debido al peso de éstas. Sus ojos cerrados, definitivamente, la princesa del famoso cuento de hadas, esa, que despierta con el beso de su primer amor, no le hacía justicia a la belleza que emanaba aquella chica, incluso, con todo y esos cables, y esos aparatos atados a su cuerpo, que, a su vez, la ataban a ella a éste mundo.

Igual que en aquel cuento de princesas, Chaeyeon se acercó lentamente a la cama sobre la que Sakura se encontraba postrada.

Tocó su rostro delicadamente, la yema de sus dedos, contorneando su suave rostro. Chaeyeon se percató que su piel estaba un poco reseca y fría.

Tan diferente a como la recordaba, sin embargo, tan real.

Tan pronto como los dedos de Chaeyeon abandonaron el rostro de Sakura, aquel chillido en su cabeza volvió, y volvió con un volumen tan aturdidor, que Chaeyeon tuvo que retroceder varios pasos dentro de la habitación y tomar su cabello entre sus manos.

Era tremendamente doloroso.

Decenas de imágenes del sueño que había tenido esa tarde la golpearon, tan fuerte como un bate de béisbol estrellándose contra su cráneo.

Sakura llorando al teléfono.

Sakura rodeada por las llamas.

Sakura cayendo por el barandal.

Todo en una sucesión tan rápida como enceguecedora.

—¡Chae!

Yena se acercó a ella rápidamente al verla chocar de espaldas con la pequeña mesilla de noche junto a la cama de Sakura.

Entre millones de sueños. [Sakura&Chaeyeon][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora