Aquí no.

¿Por qué no?

¡Hola! Les traigo este hermoso, gracioso y delicioso escrito que me gustó mucho realizar. Tiene un significado muy bonito y profundo que espero compartir con ustedes al final de la historia. Disfruten <3

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La noche en las montañas de La Profundidad de las Nubes terminaba de asomarse con prisa. De hecho, hacía muchísimo que había notado las tonalidades amarillas y rojizas en el horizonte aparecer, hecho que Wei Wuxian ignoró en un primer momento por estar concentrado en guiar a los chicos bajo su cargo; sin embargo, después de que este cayera por completo sobre él, con la enigmática y a la vez delicada luz de luna siendo ahora lo único que alumbraba las cercanías, le hacia entender por fin que la larga jornada de hoy había terminado.

Una vez más, había llevado a los más jóvenes aprendices de la secta GusuLan de cacería, para que continuaran practicando sus habilidades en combate. Jing Ling también los acompañaba, por supuesto, pues aunque quisiese negarlo, él mismo reconocía que Wei Wuxian era muy bueno enseñando, especialmente porque les permitía expresarse con libertad, utilizando las técnicas que cada uno creyera necesario e interviniendo sólo si existiese un peligro de muerte existente. Tanto Lan Sizhui como Lan JingYi se habían encargado de avisarle de aquella nueva travesía, así que había hecho todo lo posible por ir sin que su tío Jiang Cheng se enterara.

—¿No me digan que se cansaron? — exclamó Wei Wuxian, al verlos a todos exhaustos y respirando con prisa, algunos hasta apoyándose en el hombro de otros, tratando de recuperar el aire.

Caminaban de regreso a la residencia principal, con Wei Wuxian al frente de todo el grupo. Se giró, dándoles la espalda y continuó caminando mientras jugaba con Chenqing, balanceándolo por entre sus dedos de un lado a otro.

— Nos mandó capturar... a todos esos cadáveres... al mismo tiempo... — expresó JingYi detrás de él, todavía agitado.

— Pero si solo fue un calentamiento... — respondió Wei Wuxian, con un pequeño tono de burla en sus palabras.

— ¡Mañana también vendré a practicar! — exclamó Jing Ling, enojado por la provocación.

— ¿También mañana? Pero si es nuestro día libre... — dijo con pesadez JingYi, soltando un suspiro.

— ¿Acaso tienen algo mejor qué hacer? — interrogó Wei Wuxian.

— No, pero que tengamos que practicar también mañana cuando hoy es el... — JingYi no pudo terminar, pues Sizhui le había dado un pequeño codazo en el brazo. Se sobó por lo bajo. No obstante, Wei Wuxian ya había notado la clara interrupción.

— ¿Hoy qué? ¿Pasó algo importante hoy?

JingYi se mantuvo en silencio, sin saber si responder o no.

Wei Wuxian se giró, enfrentándolos con una pequeña sonrisa en el rostro.

— Cuéntenme, ¿De qué me perdí?

Miró fijamente a los ojos de Sizhui, pues sabía qué él no sería capaz de mentirle.

— Maestro Wei... hoy es... bueno... — Sizhui agachó la cabeza, de pronto cohibido.

— Hoy es el cumpleaños de Sizhui. — dijo JingYi.

Wei Wuxian abrió mucho los ojos, con la sorpresa pintada en la cara. Jin Ling también se sorprendió, al parecer siendo él también ignorante de este detalle. El resto de los chicos asintieron con la cabeza, dando a entender que ellos sí lo sabían.

— ¿En serio? ¡Qué genial! Pero, ¿Cómo sabes que es hoy? No recuerdo haber celebrado tu cumpleaños cuando eras pequeño, o tal vez sí, solo que ya lo olvidé...