Ｃｏｌｄ || oneshot [Volkacio]

La noche se cernía sobre los hombros del hombre de cabello argenta.

La luna hacía horas que emprendía su danza sobre las olas del mar de fondo. Sobre ella un cielo lleno de pequeñas chispas que parpadeaban sin cesar.
No sabía muy bien como había terminado sentado en aquella playa de arena blanquecina y fría, a orillas del mar y con una botella de vodka vacía más otra sin abrir a su lado.
Horas atrás había estado en el casino intentando probar suerte, aunque esa noche la dama fortuna no había estado de su lado y aquello había terminado... bueno, literalmente perdió todo. Su dinero, automóvil y hasta el apartamento tan lujoso y caro que tenía en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de Los Santos.
La noche que había comenzado como prometedora y exitosa había terminado muy rápido para aquel ruso que ahora levantaba la botella vacía en busca de las últimas gotas de aquel alcohol que tanto le gustaba.

- ¡¡¡No tendré dinero pero al menos tengo a Fiji bajo mis pies!!! ¡¡Да пошли вы!!

Gritaba con las mejillas sonrosadas al vacío.
Aún con las venas ardientes por el calor de alcohol, se puso de pie rumbo al paseo.

Caminó en silencio, arrastrando los pies por la arena con dificultad. Tenía que encontrar un lugar donde dormir antes de caer inconsciente por culpa del vodka.
Al principio había pensado que la playa no era mal lugar para cerrar los ojos y descansar, aunque cambió de opinión al sentir el frío viento que se alzaba y poco a poco le enfriaba más y más los huesos.
Ya en el paseo, una figura más baja apareció caminando por la retaguardia del ruso, el cual seguía absorto en intentar conseguir más alcohol tratando de abrir el tapón la segunda botella de vodka.

- ¿Volkov?

- ¿Horacio? ¿Qu-qué hace en Fiji?

- ¿Cómo que Fiji? ¿Comisario está bien?

No, no estaba bien. Había perdido todo el dinero que había ganado como comisario en Los Santos.
Lo último que logró pillar antes de empeñar el coche fue las dos botellas de Vodka que guardaba en el maletero del mismo.
En este momento no recordaba porqué llevaba esas botellas en el auto, pero le pareció buena idea abrir una de ellas para celebrar su reciente y espectacular derrota en el casino.
Con una botella de aquel líquido cristalino corriendo ya por su sistema y a punto de empezar la siguiente, continuó.

- No se preocupe Horacio, estoy bien.

- Eso no explica que hace aquí a las 3 am, borracho y gritando en ruso.

- Bueno... ¿Y usted que hace aquí?

- Pasear a Perla, vivo aquí.

El de la cresta señaló tras de si un pequeño bloque de pisos junto a la playa. Desde fuera no parecían gran cosa pero tenían encanto y seguramente unas grandes y relajantes vistas del océano.

Desde que abandonaron el CNP y posteriormente se mudara del edificio que compartían hace ya algunos meses, no supo mucho más de Horacio y eso era algo en lo que pensaba de vez en cuando.
Durante las interminables patrullas con Conway nunca hablaron de aquel dúo que tantos problemas trajo al CNP.
A veces había sentido curiosidad por saber que ocurrió con ellos... aunque finalmente todas sus dudas fueron resueltas cuando comenzó a trabajar para el CNI y descubrió que aquel dúo jamás se fue y trabajaban codo a codo con su superior.
Nunca sospechó que aquel subinspector de pantalón rojizo y capucha negra realmente era aquel chico risueño que una vez templó su más frío corazón.
Se acercó dando tumbos a Horacio, que ahora lo miraba un poco confuso viendo el estado del comisario.

- Es muy tarde Volkov, es hora de que vaya a casa a descansar.

- He perdido el apartamento Horacio.