No sé por dónde empezar, no se como empezar, no se ni porque hago esto, pero creo que es lo correcto, creo que esto servirá en algún momento, que podré seguir como si nada, pero lo cierto es que no lo se, no se que hacer, no se que pensar, no se como actuar y no se si de algo sirve contarlo.
¿De verdad merece la pena? ¿Que puedo sacar yo de todo esto? ¿Que sacan estas personas de todo esto?.
Bueno, creo que les contaré un poco de quien soy, mejor dicho en quien me convirtieron.De pequeña crecí viendo como papá golpeaba a mamá, lo hacía por el simple hecho de que regresaba ebrio a casa y esto causaba agresión en el, tambien lo hacia sobrio, tendía a romper todo en casa por sus momentos de ira.
Los contaré sobre mi niñez, sobre esos momentos en los que sufría inmensamente por falta de interés de mis padres hacia mi, hacia mis hermanas y esos momentos en los que se lastimaba entre ellos tan feo con palabras y acciones.A los cuatro años tuve una presentación escolar, y se suponía que debía ser llevada por mis padres, pero pusieron escusas y me llevo mi abuela, ellos que se suponía debían estar en los momentos importantes no lo hicieron, y para colmo también llegué tan tarde que ni siquiera pude participar, quedé ahí disfrazada y sin poder actuar, solo llegue a recibir el recordatorio y no me quedo más remedio que regresar a casa triste por no haber podido participar.
Otro hecho que marcó mi vida fue una pelea entre mis padres y mi abuela, eran insultos de aquí, insultos de allá, manotazos de aquí, manotazos de allá, a estas alturas de la vida no recuerdo a perfección que cosas decían pero lo que sí recuerdo perfectamente es como mi hermana dos años mayor y yo nos encontrábamos llorando desconsoladamente mientras nos abrazamos con el temor de que pasaría. Aquella vez nos fuimos de casa en medio de la noche, solo llevábamos unas toallas que contenían algunas ropas y fuimos para a casa de mi abuelo, el padre de mi madre y estuvimos unas semanas, en ese momento no media la magnitud de la situación, pero dolía de todas formas, era la primera vez que experimentaba algo así y no creía que fuera a suceder de nuevo, pero la vida es bastante compleja y nos desarma cuando menos lo esperamos.
A los 8 años comencé a comprender que todo el mundo puede decepcionarte, sin importar quién sea y cuánto cariño haya.
Tenía que hacer mi primera comunión y mamá se dio el lujo de llevarme a una peluquera para que me hiciera un muy lindo peinado y tenía un vestido bastante bonito, yo creía que todo iría perfecto, hasta que llegue a casa, solo debía cambiarme ya que la ceremonia empezaría en una hora pero yo debía estar media hora antes por temas de protocolo, en fin, al llegar a casa me di con que mi papá no estaba, el se encontraba con sus amigos bebiendo, recuerdo que le pregunte si iría a mi ceremonia y el contesto que si, pero que más tarde, ahí entendí que el no lo haría, no llegaría. Esa vez mi corazón se sintió tan pesado que creí que podría romperse, ver a mi papá alejarse un poco y ver que se encontraba ebrio me dolió, incluso hasta el día de hoy me duele solo recordarlo, duele saber que no fui su prioridad, que en su vida habían cosas que no valían más que el alcohol, pero nada podía hacer yo, esa mañana termine de prepararme con el sentimiento de dolor y decepción en mi pecho pero lo dejé pasar.
Luego de la ceremonia nos ofrecían un refrigerio y en ese momento el llego, en cierto punto me ponía feliz que el llegara pero seguía el dolor de saber que el prefirió a sus amigos y al alcohol antes que a su hija.Una situación algo parecida paso a mis 12 años, en mi cena de egreso de la primaria, estaba ebrio de igual modo, estaba toda la familia lista y solo faltaba que llegase el, se preguntaran ¿porque no se fueron solos sin esperarlo? Y no podría responderte porque tampoco se la respuesta, solo se que sentí ese mismo dolor en el pecho pero esta vez mezclado con enojo, por el hecho de entender que no era su prioridad otra vez, mamá llamaba a su teléfono pero el no daba señales de vida, dolía tanto pero no me permití llorar, no esa vez y no de nuevo por su mala actitud hacia mí. Lo peor fue que cuando llegó se tomó el tiempo del mundo, no le importaba que llegara tarde, que me perdiera la entrada con la promoción.
Mi cumpleaños es el 31 de diciembre, si, en año nuevo, recuerdo que cada 31 o 24 el buscaba discutir con mamá y con la abuela, no le importaba que la situación se volviera tensa, que todos nos amargaramos, hasta el día de hoy no lo entiendo.
Aún quedan muchos recuerdos más, tantos que espero recordarlos a todos, o por lo menos varios, pero son historias de otro momento.
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She is Kat...
Teen FictionAquella tarde todo cambió para ella, sin saber si para bien o para mal, sin saber si era su salvación o su perdición, sin saber si era amor u obsesión, sin saber si seguiría allí para contar el resto de su historia. Ella es Kat y esta es su historia.