Johan

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Para ser comienzos de invierno, el frío era tanto que te colaba hasta los huesos. Podía observar como las pocas personas que se atrevían a salir corrían de un lado al otro, o andaban de manera veloz tratando de pasar el menor tiempo en la calle.

Pero yo, por otro lado, ya no tenía un lugar donde ir.

Me senté en una pequeña banca vacía en un desolado parque que había encontrado mientras deambulaba sin algún rumbo fijo. Llevé mis manos a mi cara dándome unas pequeñas palmaditas para tratar de ordenar un poco mis pensamientos.

Ya no existía God Dog y Gun me había traicionado.

Sentía como la ira de la noche anterior era reemplazada por un sentimiento de amargura. Era casi el mismo malestar cuando descubrí que el hada de los dientes no existía.

Así me sentía ahora viendo que había peleado y batallado por algo que simplemente se fue. Reí con amargura mientras me incorporaba en la fría banca.

Vi de reojo como el pequeño perrito a mi lado salía disparado hacia la dirección contraria por donde habíamos llegado.

—¿Umm? —lo miré con confusión— ¿Pero que miér...? ¡Espera, oye!

Sin pensarlo mucho tome a la otra bola de pelos a mi lado en brazos y comencé a correr persiguiendo al pequeño perro blanco.

Disminuí la velocidad al verlo a unos pasos de mi, para mi sorpresa no estaba solo. Una chica aparentemente de mi edad de cabellos grises lo acariciaba mientras le daba de comer.

—Otra vez tú por aquí... Tu dueño a de estar preocupado... —escuche murmurar a la chica.

Me quedé inmóvil hasta que ella sintió mi presencia. Rápidamente se incorporó y me miró con curiosidad.

—...¿Puedo ayudarte en algo? —pregunto luego de unos minutos.

Me quedé sin palabras al ver su cara, era realmente bonita y cuando me miraba podía sentir una extraña calidez.

—¡Oh! —ella parecía soprendida— tú eres su dueño, ¿Verdad?... Digo, tienen la misma chaqueta.

Dijo con una pequeña sonrisa que y sin saber cómo, formó una también en mis labios.

—Si.

Ella miró al pequeño perrito en mis brazos y se acercó.

—¡Pero que lindura! —diji jugueteando con la pequeña perrita en mis brazos. Al estar tan cerca un olor a vainilla proviniente de ella me embriagó— Yo siempre quise tener un perrito, pero la universidad no me lo permite...

Me mantuve en silencio y la chica comenzó a parlotear sola, era genial escucharla y hasta ver como se respondía sola. Luego de unos minutos vi como ella comenzaba a sobar sus manos tratando de entrar en calor.

—Dios, que frío... —dijo mientras daba pequeños saltitos para entrar en calor— ¿Te gustaría ir a una cafetería a hablar?

Yo lo miré un poco sorprendido ya que no esperaba una invitación.

—Yo... Este... —carraspee con nervios—... No tengo dinero...

—Oh, ya veo... —dijo la chica mientras me sonreia—... No te preocupes yo invito, pero la próxima invitas tu ¿ok?

—¿La próxima vez? —la miré sorprendido.

—¡Si! —dijo emocionada mientras tomaba la perrita en mis brazos y la dejaba con cuidado en el piso—... Me has agradado aunque seas silencioso. Bueno ¡Vamos!

Desde ese momento y por alguna razón siempre volvía a ese lugar a la misma hora, todos lo días para encontrarme con ella. Algunos días estaba y en otros llegaba tarde debido a sus estudios, pero siempre llegaba.

Los días helados de invierno comenzaron a sentirse cálidos al tener a alguien con quien hablar o escuchar reír. Al pasar los meses nos volvimos realmente cercanos, la esperaba a la salida de su universidad y la acompañaba a su casa junto con mis perros que por alguna razón ella adoraba.

Ella comenzó a indagar en mi vida y yo, simplemente no la detuve.

—Ya es tarde... —dije mirando la hora en mi móvil—... ¿Debería ir a buscarla?

Comencé a caminar entrando a la facultad de moda donde ella estaba. Las personas que rondaban por los pasillos eran muy pocas ya que era viernes y probablemente lo único que querían hacer es irse lo más rápido posible para embriagarse en un bar.

Busque por varios lugares y no la encontré. Caminaba por una zona donde estaban construyendo pero decidí tomar otro camino ya que nadie andaría metido en ese lugar.

—¡Para de una vez maldito idiota!

Un gritó que rápidamente reconocí provenía de esa zona, sin esperar más salí corriendo hacia allí preparándome para golpear a cualquiera que le estuviera molestando.

Detuve mi andar al ver la escena frente a mis ojos, habían luces y un pequeño set de fotos como había visto en los comerciales de televisión y ahí estaba de modelo. Mi corazón latía desbocado al verla ahí parada mientras le tomaban fotos.

—¿Oh? ¿Johan? —Mi mente dejó de divagar al ser llamado por ella— ¡Johan!

Comenzó a hacerme señas para que me acercara cosa que rápidamente hice. Al estar relativamente cerca los que parecían ser sus amigos me saludaron alegremente, yo me limité a asentir a su dirección.

—Lamento no avisarte que tenía que terminar este proyecto —dijo avergonzada.

—No te preocupes —hable rápidamente y ella me sonrió. Me miró durante unos instantes y sus ojos se abrieron brillantes.

—¡Tomemos una foto Johan! —dijo mientras me arrastraba hacia el set.

—¿Eh? ¡N-No espera! —sentia mi rostro ponerse totalmente rojo.

Ella comenzó a molestarme y tratarme como un niño pequeño. Me ayudaba a posar y terminamos tomando bastantes fotos y riendo con sus amigos, los cuales eran realmente agradables y me defendían de ella.

Gire para observar su perfil, estábamos en una cafetería y ella había batallado para sentarse a mi lado. Se encontraba hablando con uno de sus amigos y podía observar sus facciones, como cerraba levemente sus ojos al reír o como se posaba un tenue rubor en sus mejillas con el paso del tiempo.

Y yo realmente desee que esto durará para siempre.

Y yo realmente desee que esto durará para siempre

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¿Y que tal si... Después de la separación de good dog, Johan encontró un lugar donde quedarse?
Pedido de VonHesse 💕
¡Espero les guste!

¿Y que tal si...? [lookism sceneries] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora