El principio del fin

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Disfruté de la vista por unos instantes ensimismada en mis locos sueños sobre escapar y vivir mi vida como habría soñado. Pero el golpe de realidad fue más fuerte que yo en ese momento.

-Archie, no-le die a mi hermano

-¿No qué?- contestó confundido

-No puedo hacerlo, no puedo irme, no puedo dejar a papá…simplemente no puedo hacerlo- comenté frustrada. Tenía la puerta ante mí y la llave en mano pero no giraría ese pomo.-Lo siento- susurré y dándome vuelta para bajar los escalones.

-¡Hey! ¡E!- gritó él a mis espaldas. Cerré los ojos y sacudí la cabeza lentamente.-¡No te vayas, espera!-

-Lo siento…- bajé corriendo los escalones de dos en dos a pesar de la altura, seguí corriendo hasta la Avenida más cercana y me metí en un taxi indicándole al conductor el camino a mi casa. Cuando llegué me sentía tan mal, imaginé la cara de Archie mientras me veía bajar. Entré en mi habitación lancé los tenis por un lado distraídamente y me eché en cama tapándome todo el rostro con las sábanas. "Lo siento" dije en mi cabeza por temor a gritarlo "¡Lo siento!".

***

Por la mañana no quería saber si mi hermano en realidad se había marchado. No podría soportarlo. Pedí que trajeran el desayuno a mi habitación a pesar de que no tenía apetito, no quería que llegaran las preguntas, no aun. Cuando tuve la comida frente a mí la picotee un poco pero apenas y la probé.

Pasado el mediodía sabía que ya era hora de afrontar la realidad, no importaba que hubiera que hacer, habría de soportarlo.

Mi padre se encontraba en la sala con una taza de café humeante en una mano y una pequeña y delgada pantalla transparente ante él en la otra, seguramente vería las noticias del día anterior. Me quedé boquiabierta al ver a Archie sentado ante el jugando con una manzana, me acerqué a ellos.

-"Se reportó la fuga de cinco presuntos protestantes ayer por la noche alrededor de la cuatro de la madrugada, al parecer sus paraderos son aún desconocidos así como sus identidades, de tener alguna información sobre los desaparecidos reportar de inmediato con las autoridades. En otras noticias Morgan Fletcher nuestro Líder ha anunciado que toda la comunidad deberá presentarse el día de mañana a primera hora en las calles de su localidad donde centros médicos ambulantes harán los estudios necesarios para mejorar la salud de su comunidad…" -Decía la voz de Jacob Smith.

Subí las escaleras a mi habitación, había una nota pegada en la puerta, era una hoja doblada por la mitad y en el frente colocaba un a "E" en letra grande, larga y elegante. Sin duda alguna era obra de Archie. La nota ponía.

         ¿Te creías que iba a dejarte? Sin duda alguna en esos dieciséis años que has vivido conmigo         no te han ensañado nada hermanita, yo Jamás te dejaría; siento que te haya alterado de esa         forma…Te quiero, pero no se te ocurra decirle a nadie, ¡Como lo hagas estas muerta!

                                                                                                                                                Archie

Sonreí mientras leía su nota. Por el rabillo del ojo le vi salir del cuarto de baño ya cambiado y frotándose el cabello mojado con una toalla, él caminó sin mirarme hacia su habitación.

-Eres un idiota Archie- le grité jugando

-Y aun así me amas E- contestó con su famosa sonrisa de medio lado cerrando de un portazo la puerta de su cuarto. Estábamos oficialmente en buenos términos nuevamente.

 Al día siguiente me desperté en mi habitación con el cabello negro enmarañado entre los dedos y el cuerpo enredado entre las sábanas de seda blanca con el silbido del canario enjaulado en una esquina del amplio cuarto. El ave encerrada en su jaula de oro blanco había sido un regalo de mi padre.

Me dirigí a trompicones al baño para tomar una ducha; una vez que entre bajo la cálida agua con cierto gusto a menta por los jabones desenrede mi cabello y lo até en un coleta alta. En la silla de madera al lado izquierdo de mi cama había un vestido amarillo claro con pliegues en la falda y una cinta de tafetán con brillantes plateados, junto a unas zapatillas de tacón del mismo tono del vestido que se ataban con lazos negros sobre el tobillo.

Una vez vestida bajé los escalones de dos en dos para llegar a tiempo al desayuno, sin pensármelo mucho pedí lo mismo que siempre desayunaba: huevos revueltos con bacón y un vaso de jugo de naranja. Mi padre (El señor Becquer) estaba sentado en la cabecera de la mesa conmigo y mi hermano flanqueándolo, él a la derecha y yo a la izquierda. La otra esquina como desde hacía cinco años estaba desocupada; era aquella en la que antiguamente mi madre se sentaba a comer justo lo mismo que yo pedía todos los días para desayunar.

La charla durante el desayuno es siempre la misma:

-Buenos días hijos-dice nuestro padre

-Buenos días- respondemos Archie y yo al unísono

Después de eso usualmente mi padre comenta las noticias del día y continuamos comiendo, pero hoy después de eso nos intercepta con una nueva ola de preguntas inusual.

-¿Nerviosos por el chequeo de hoy?- pregunta limpiadose con su servilleta

-No- responde mi hermano

-¿Y tu cariño?- dice dirigiéndose a mi

-¿Habría de estarlo?- contesto a cambio

Un sentimiento fugaz pasa por los ojos azules de mi padre pero no alcanzo a distinguir nada certero.

-No- comenta- no, ya verás que todo irá bien ¿Están enterados del grupo de gente que se ha escapado de la Cosmopolita?-

-Si- responde Archie-no sé cómo se las habrán apañado para salir, ¿y tú E?-me dirige una sonrisa radiante e inocente.

-No- fuerzo una sonrisa- no tengo ni la más remota idea-añado entrecerrando los ojos

Él se ríe por lo bajo, y sé que se burla, porque si sé quiénes escaparon, he visto sus rostros y me sorprende que no les haya delatado aún: La sociedad de los poetas muertos. Aun así creo que ya deben de estar muertos. NADIE sale de la Cosmopolita. No con vida.

Unos minutos más tarde nos encontramos en la calle adoquinada haciendo fila detrás de muchos jóvenes para pasar a la revisión médica que es obligatoria para todos los habitantes, Archie se para a mi lado en la fila de 17 y yo en la de 16. Me sonríe y articula con los labios un silencioso “lo siento”  me giro alzando la barbilla intentado pensar en otra cosa que no sea el flácido cadáver de Matt.

La fila avanza lentamente, las chicas y chicos avanzando de dos en dos a una mesa en la cual los doctores les miden y examinan; pasada media hora de divagar y ver las imágenes de charcos de sangre extenderse en el suelo, un gatillo a jalarse, el ensordecedor ruido del arma y un cuerpo caer lentamente hasta golpear el suelo una mujer de mediana edad me hace una seña para que pase a sentarme en la mesa para que me hagan las pruebas.

Me pincha el dedo con una aguja y sale un delgado hilillo de sangre que colocan en un porta objetos. Miden mi altura y peso, pasan una especie de escáner por mi cabeza y listo. Salgo de la fila y busco el castaño cabello de mi hermano entre la multitud.

***

Los resultados de las pruebas médicas llegan dos días más tarde.

           

            A quien corresponda

            Le informamos que ha sido seleccionad@ para un campo de pruebas especiales en salud humana, esperamos su presencia el día 30 de Marzo en La Sede de Laboratorios Central, aula central LP:CDEN375-A.

                                                        Atentamente: Sarah Williams. Dic. Gral. Departamento de Salud.

Capítulo 2 oficialmente terminado ;)

-Nómada_Becquer

Mi historia según Nómada:Antes del Proyecto ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora