Toda la vida me la paso defendiendo que la soledad no es un obstáculo en la vida, que al fin y al cabo te acostumbras a la soledad, pero en realidad hay tres caminos que con el tiempo he aprendido, el primero es acostumbrarse a estar solo solo pensar por ti y ver por ti, el segundo es hartarse pero nada ni nadie llenará un vacío que claramente la soledad reclama como suyo y el último es morir, a muchos nos gusta la idea de morir y desaparecer.